Mi pequeña historia de Almendralejo

martes, octubre 02, 2018


PADRONES REFUGIOS DE SENDEROS  EN EL BARRO DEL ENCUENTRO




No saber que camino arcilloso pisado en un surco de vides, pensando sin vivir en el espejo del sol.

 Ver tu mirada, las personas no existen, sola, ver mas que los ocre sobre el verdor que la llanura de un valle perdido colmado de hojas caídas, surcos de imágenes, llenas de toques sobre espaldas en soledad.

No hay nada mas dificil que tu ausencia en soledad. sin  nadie mas que el árbol del camino,  junto a tus pisadas .

Quien fue las persona que sin ver, cabalga sobre la vida, sedienta de sentir las diferente risas,  abrazos, de pámpanos de cepas, nada  es difícil, como ver caer las hojas, pisar los riscos, mirados por aquellos ojos, que clavados en mi llanura inmensa del alma, se pierden por el collado donde descansamos,  sintiendo el frío del atardecer de pensamientos rencorosos.

Junto fuimos y vinimos, sin ti nada palpita, sintiendo miradas perdidas, deseosa,  de saber donde el sol sale cada mañana, después de la madrugada, de la indiferencia, que cese que mas da las gentes que poco importan en una canción imprecisa que se siente diferente sin ver tu sombra, que llenaba tanto me siento tan falta de un toque en mi espalda que diferente todo en sintiendo la helada sobre mi pensamientos.

 No veo miradas sin latidos,  nada percibo, buscando la diferencia que tu felicidad me daba, no hay mas ingrato que tu ausencia en la oscuridad de no verte en un día de sol, buscas y encontrar lo sin saber que la rabia anidada la crueldad,  la espera de una palabra que forme la conversación deseada.

La rabia de el yo oculto que se perdió en el paisaje de la vida donde cada día la idiotez se marcada por un reloj, que no es mas que el hechizo de ver la vida pasar sin palabras, falto de contestación,  con aroma falto de amor.

El agotador aire solano, moviendo la tierra del camino, que busco  saber donde estas y cruzarse contigo, en aquel sendero tan transitado, solo llenos de palabras que  fueron sarmientos depositados a un lado del padrón.
 Cuesta de gran pendiente, llena de rodadas de carros de yuntas,  tiempo que pasa y nunca mas las agujas del reloj marcara el tiempo hacia atrasa.

ISABEL CORONADO

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