Mi pequeña historia de Almendralejo

miércoles, junio 29, 2022

 

SANCHO GRAGERA 

   


           

Las historias populares, llevan a estancias que desvelan incógnitas de vivencias y recuerdos.

 Contados, telefónicamente, por Sancho Gragera, que marchara de Almendralejo en 1933, hacer el servició militar a Barcelona donde le cogería la guerra civil de 1936.

Y al igual que otros jóvenes de la época su mocedad se fue rápida.

 

Sancho vivió en la calle el Lole (hoy Carreras), de Almendralejo.

 

Recuerda  la fuente la Negra, y haber ido a echar tragos de aquella  agua de buen beber y buena  para la cocción de garbanzos, por la poca cal y sal que tenía.

Fue persona, siempre deseosa de aprender y por la noche, después del trabajo, asistía a la escuela de pago de Dieguito, en enfrente de la fuente la Negra.

En la distancia la nostalgias, le hace volver, a los atardeceres en la “Besana” (tajo) del conde Bagai, donde trabajo, siendo un niño con su padre, surcando rectos líneos en la tierra verter hada por las rejas del arado, tirado por bueyes, otros iban detrás de yuntas de mulas.

 Duras tareas, labrar la tierra, al paso de estos animales, que lenta y rectamente iban arando la tierra, guiados por la sabiduría del mozo de mulas.

No ha olvidado al compañero, José Calero “el Gato” que era “Aperao” (encargado de los aperos) o Juan Zamora, el Cachorro, mozo de mula.

Recuerda las Cacerías que hubo en la finca de Palacio quemado y la que tuvo lugar en Peña Ovejera en el año 1933.

 

Pasado un tiempo trabajo también con su padre, en la empresa de Zacarías de la Hera den Almendralejo

Pero en sus recuerdos quedan las Jiras pasadas, en San Marco, donde se degustaban ricas calderetas, en el Pilar de Tiza, coto de Baldeorite, mientras escuchar a sus mayores, hablar de una ermita que según oyera, debió de estar por donde la fuente santa.

 

Y como el día de San Marco, unos se quedaban en las inmediaciones donde estuvo la ermita del santo.

 Recordaba la “Pedrera de Manolo” donde al ir extrayendo se la piedras se había formado un gran hoyo, que en tiempos de lluvias se llenaba y los jóvenes lo utilizaban para bañarse y también, en las albercas donde el hortelano lavaban la verdura de la huerta, que lindaba con la carretera de Badajoz.

Por bañarse le pagaban al dueño, una perra chica “cinco céntimos”.

No olvida a eucalipto y otros árboles, que fueron, plantados en el paseo de la Piedad, enfrente hoy la estatua del Vendimiador, por un grupo de alumnos de las Escuelas del Estado Gratuitas de la calle Arnina, que fuera un convento de monjas has la la desamortización de Mendizábal, luego convertido en el  también llamado, el  teatro viejo, hoy Ortega y Gase, Sancho asistió  a este colegio.

 Y por los años 1920, siendo Don Paco Montero de Espinosa alcalde de Almendralejo, fomenta el día del árbol, haciendo participe a los niños, desde la infancia, el amor y respeto a la naturaleza, y responsables de cuidarlos y regarlos.

En la distancia nunca olvido su árbol y como cada tarde al salir de clase, iban a regar los todos los días, ayudados por maestros y jardineros, cada uno se encargaba del suyo, agua que tomaban del Pilar Nuevo, de buena construcción, que se suministraba de un manantial que estaba en los jardines de la piedad ya desaparecido.

 Demolido y sustituido por una fuente, de cuatro surtidores que no dan agua, su brocal de granito formo parte de aquel legendario, Pilar parada de transeúntes y labradores a la ida y vuelta del campo.

 

Sancho recuerda el baile al lado del ayuntamiento actual, en calle Mérida y Espronceda y el conocido por el Chaleco y el de Ojos grande, en la esquina de la carretera Santa Marta, salón muy bueno de baile, al lado la taberna de Felipa.

Y Ola Sociedad del obrero lugar de ocio y Baile

 En el barrio el Pepe el de la Morena, amenizado, por el acordeón de Gallarin que tocaba de oído.

La diversión a veces era reunirse con los amigos en las tabernas, tocando las palmas y bailando, mientras degustaban vino y formando juergas entre ellos.

. Cuando se entraba en quinta, se juntaban los más íntimos, en un pajar y lo festejaban.

 

Sus recuerdos van por senderos, donde aparecen los entornos de la silera de San roque.

Y le parece ver la chumbera enorme que rodeaba la casita de Petra Macho, apodo dado por que la necesidad era mucha y para subsistir iba al campo hacer tareas con los hombres, mujer sin perjuicios y anticipada en su tiempo.

 

Recuerda cuando marcha de Almendralejo para hacer el servicio militar a un pueblo de Cataluña. Por enfermedad es trasladado a Barcelona, donde el 18 de julio y le coge la contienda que ara en el bando republicano.

Luchando en el frente de Badajoz y Mérida, no pudiendo volver al pueblo, por estar los nacionales.

 El día 11 de agosto, de1939 fue tomado Mérida, por los Nacionales y retroceden a Don Benito, donde estaba el bando republicano, estando hasta septiembre o quizás octubre, durmiendo en la iglesia parroquial de este pueblo y buena mente podían.

Volviendo de nuevo al frente de Mérida, donde todo se escaseaba, sobretodo la comida y sin poder ver a los suyos.

 

En el frente de Guareña, estuvo, con varios paisanos, uno fue Mauricio apodado el Pavito, que tenia varios hijos y antes de la guerra, un puesto de jeringa en la calle San Antonio.

 

 Era este guerrillero y plena lucha desde una casa, una bala lo alcanzo hiriendo lo en el vientre, y muriendo, dentro del pueblo de Guareña.

 Otro camarada fue Andarin, pertenecía a una familia considerada de Almendralejo, su padre con barrenos sacaba piedras de la pedrera de san Marcos.

Andarin era guarda de asalto y en la retirada, de Guareña luchando entre las viñas, fue alcanzado por un proyectil, que corto vida e ilusiones de libertad.

También pereció, en este frente, el conocido por, Juanito el de la Caseta.

Cuando atacan Mérida, el Comandante, era Capitán de Guardia de Asalto, (sería ajusticiado en Don Benito), toca retirada abandonando, la ciudad Merítense.

Y en septiembre es trasladado, haciendo el trayecto en tren y hasta finalizar la contienda estuvo en el frente de Barcelona, de Superior de Intendencia.

Terminada la guerra cada uno tiran por diferentes caminos buscando un lugar seguro.

Hace años, volvió a Almendralejo, los rincones, estaban impregnados de recuerdos y cambiado, los eucaliptos, habían sido talados, junto con su árbol y el de los compañeros, en la reformo del parque de la Piedad).

 Nada quedaba de la alameda que daba sombra, al manantial que a borbotones manaba constantemente y para mejor aprovechamiento del agua, a través de un canal subterráneo iba, al Pilar Nuevo.

 

En la actualidad vive en Barcelona, recibiendo a través de familiares, todo lo que se edita de Almendralejo, deseoso en la lejanía de saber de su tierra y sus avances.

 

ISABEL CORONADO ZAMORA

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