Mi pequeña historia de Almendralejo

jueves, mayo 04, 2023

 DÍA DE LA MADRE


LA GOLONDRINA 



Once de mayo, varios año hace que espíritu y energía de Manuela Zamora Calleja volaron como lo hace una golondrina.

 así emprendío  el vuelo que me llevaría a la eternidad, me negaba a emprender el viaje y aunque mi viejo y débil corazón  en tan subleve  momento se negaba a soltar las atadura que me unían a lo terrenal.

Me debatía en una fría U.V.I, donde el sistema sanitario e higiene, impedía la despedida de lo mios.

Mientras iniciaba mi caminar por un túnel   luz blanca,  que era el inicio de un viaje sin vuelta atrás. Pronto vi en el sendero a mi madre, sobre un prado verde me tendía las manos para recibirme en su regazo. Hacia tanto tiempo que su calor lo había dejado de percibí, sentí deseos de  abrazarla y aunque añoraba sus caricias y su voz como canto de sirenas me llamaba, al mirar hacia a tras, veía a mis hijas y tantos seres queridos que hacían  que  mi  cuerpo se volviera un ancla tan fuere que impedía la partía.

Mi corazón se iba apagando estaba cerca el final y por más que me negaba a marchar y gritarle a mi madre que se fuera que quería quedarme, pronto la lucha fue cediendo.

Pero como irme, sin que mis hijas lo supieran, quería llevarme sus besos y caricias. Como hacérselo saber, por la ventana se veía un cielo azul en el que las golondrinas revoloteaban, desee con  fuerzas volverme una de ellas y comunicarles a los míos que no quería irme tan vacía que las paredes de cristal y los fríos aparatos llenos de cables que me envolvían no fueran las imagen que me llevara. Quería ser libre, no quedarme atrapada en tan triste  lugar, como otros espíritus que me rodeaban quedaron y como si  de una suave brisa  marina fuera que llevara aviso de mi marcha a los míos, logre salir, convertido mi débil  espíritu en golondrina, las mismas que a Cristo le quitaran las espinas en la cruz.

Volé y pronto me vieron en cielo azul de mayo y corrieron a mi encuentro que no fue fácil pues quisieron impedírselo, todo fue en vano. Pues con todo su amor estuvieron en mi último suspiro, mis besos se llevaron y yo los suyos, mi lagrima por dejarla fueron bebida por mis hijas como las suyas de pena quedaron en mis mejillas.

Mi vida pasó delante de mí, reflejada en las frías paredes de la U.V.I. vi mi niñez, a mis hermanos, primos, amigas de la mocedad,  mi noviazgo y casamiento y lugares queridos para mi como la ermita y paseos de la Piedad,  cuando iba a ella radiante  y lozana como una amapola en los trigales, a las  casetas de baile en días de feria don de fui feliz,  paseando a mis hijas cuando era niña, mi virgen dé la Piedad a la que tanto rece y visite, devoción que lleve a los mi os y lugar don de quise descansar  para la eternidad así me tendrían y sentirán más cerca.

El destino quiso, que el día de mi partida fuera once,  como el de las  barbaries cometidas por el terrorismo, que llenara de pena y luto a familias, que con desespero se preguntaban como los míos por que.

El lugar donde estoy esta lleno de flores que mis hijas me traen, como  homenaje a mi memoria, a los que perecieron y así recordar donde llegan los errores médicos, por los que hay que luchar con denuncias.

Mama que palabra tan bonita, donde estas cuando te llamo MAMA que no recibo contestación.

Isabel Coronado Zamora 

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