Mi pequeña historia de Almendralejo

jueves, noviembre 05, 2009

EL OLIVO PRISIONERO QUE VOLVIÓ A TIERRAS DE BARRO



EL OLIVO PRISIONERO EN UN JARDÍN

TIERRA DE BARROS UNA POESÍA DE VIDES Y OLIVARES


Había una vez un olivo que sus días los pasaba en un hermoso jardín, rodeado de plantas exóticas .
Cansado sostenía sus ramaje y recordaba aquellos campos donde nació y tratado con esmero por manos callosa, pero con tacto acariciador.
Añoraba cuando veía salir el sol y las abutardas y milanos lo despertaban al venir la mañana.
Y ver a lejos por entre los collados y lomas ponerse el astro rey.

Añoraba el Jato del labrador, puesto a su sombra y las hora de la siesta sacando de su fiambrera muy bien atada en la talega, y como era desatada, y como ponía sobre la manta, el tocino, chorizo,y alguna cosa más y el campesino con su navaja de hoja ancha iba cortando finamente los alimentos sobre el pan y luego bebía de aquel barrí de barro cocido de Salbatierra.
Después un ratito lo contemplaba dormitando .
El olivo recordaba a los diferentes labriegos que lo habían cuidado y sus formas de dormir sobre la manta, su cansancio que les rendía, sus penas cuando la cosecha el granizo la dañaba y el esmero conque era podado.

Aquellos tiempos en que el arado era tirado por aquel borrico de pelo blanco testarudo y revudnador, llamando la atención a toda burra que pasaba por el padrón queriéndola conquistar.

El olivo había visto pasar en aquellos campos contiendas y desdichas un día llego el progreso y las carreteras empezaron avanzar y usurpar sembrados y fue arrancado y aunque se agarraba a la tierra fue sacado de ella y llevado aun invernadero donde su hermoso follaje fue corta y convertido en un tronco que fue comprado y vuelto a plantar en un jardín de un hotel.
Nadie se fijaba en el , el sol nunca lo veía poner y los cernícalos, jilgueros y águilas nunca más volvieron a posarse en las nuevas ramas que le salieron, de las que estaba cansados de sujetar.Las olivas ante el desanimo del árbol se volvía arrugadas y estériles, callándose sin hacerse.
El olivo echaba de meno el arado, el espacio que el labrador respetaba y que sabia necesario para tan legendario árbol.

Se sentía cada vez más prisionero, cercado por otras plantas desconocías para él, por más que entendía sus ramas no lograba divisar el horizonte tapado por edificios.

Poco le importaba ya todo y solo añoraba aquella tierra y dormitaba para poder soñar en aquellas praderas donde la vista se perdía en un mar de vides y olivares.

¿Como regresar allí?.
Pregunta quedaba sin respuesta.
Un día el árbol murió su tronco fue descuartizado y en trozo de leñas en un rincón fue depositado.

Un niño tomo un trozo de aquella madera que como juguete guardo y viajo en la maleta del crió hasta su lugar de origen, sacado el trocito de la valija, la madre no le vio utilidad, al sentir que su marido estaba en la puerta de su cosita de campo haciendo una candela, salio y con el trozo de olivo se dirigió a la fogata y lo lanzo, al caer en la lumbre provoco una llamarada grande y bella que asusto al matrimonio, al ver en la oscuridad de la noche como las llamas, iban formando un olivo que movía sus ramas y alegre sonreía.

Era el alma del olivo que había permanecido dormitando en aquel trocito de tronco y al salir sintió el olor de su campo, aquel de donde salio un día y al ser arrojado a la lumbre su espíritu libre lleno de gozo se libero y se poso sobre las ramas de otros olivos donde fue acogido con regocijo y vio ponerse el sol y sentir los nidos y trinos y fue feliz aquel espíritu libre como es el olivo.



1 Comments:

  • !Que precioso relato¡ no me cansaré de repetirlo, que masgistral sensibilidad tienes Isabel para hacer que de lo sencillo cotidiano surga la belleza, sigue así, escribe, recopila y publica, muchas personas, aún en silencio, te lo agradeceremos. Gracia por poner color con tu saber hacer y tus escritos en "Mi pequeña historia" y compartir tu pontecial creador.

    By Anonymous Anónimo, at 9:41 p. m.  

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