Mi pequeña historia de Almendralejo

miércoles, mayo 30, 2012





PIEDRA RESVALIZA


¿Que fue de  la “Piedra Resbaliza”?,  me preguntan mis hijos, la repuesta inmediata es en San Marcos en lo más alto.
 Fue la atracción de la romería, era obligado para todos los romeros deslizarse por aquella enorme piedra que según la edad y tu tamaño, te parecía enorme.
 Estaba lisa de tanto resbalarse a lo largo de años las gentes.
El deslizarte por ella, era rápido a penas te dabas cuentas ya estabas abajo, donde al final había un hueco enorme que se había ido haciendo a lo largo de los años y donde te quedabas clavada.
Cuando llegaba el turno había que subir arriba de la piedra y siempre había un gracioso que te empujabas sin estar situada y salías rodando o dando brincos hacia abajo, terminando con las rodilla ensangrentadas, que te limpiabas de una forma que llevamos en los genes y lo pasamos de generación en generación.
 Que es mojándote los dedos de saliva para limpiar la herida.
 Aunque te doliera  el golpe nada de ir en busca de tus padres, pues te obligarían dejar la piedra.
A sí que te pegabas el día con las rodillas como decimos en Almendralejo” hechadas por tierra” o “barronda” otra expresión de mi zona, para  decir que te has hecho una herida.
La Piedra Resbaliza,  enorme roca de dimensiones en mis recuerdos, que ha terminada  se mi engullida, por el terreno, al ser rellenado el lugar.
Piedra resbaliza, es decir que nunca se debe olvidar un recuerdo que debe continuar siendo recordado.
En esta fotografías que veis, hay personas que ya  emprendieron caminos espaciales donde las estrellas le dan alojamientos a almas buenas.
Aquel día  el que veis en la foto no era San Marcos era otro que antaño fue muy celebrado en Almendralejo, “el día de San Blas o del Chorizo” .
La carretera de Badajoz, contentas y sorteando los árboles centenarios que alineados uno detrás a lo largo de esta vía.
No había arcenes, cunetas y barrancas que ha veces  provocaban resbalones. Cuanta alegría llevábamos todas coches había pocos, si carros y remolques tirados por burros y yuntas de mulas y bestias que tiraban del “Chisme” ( llamado al arado en mi tierra antaño).
El camino fue animado y alegre igual que el resto del día los más pequeños mientras esperábamos el turno jugábamos al “Toro el esconder” y  usábamos la “Cueva del Moro para que no nos encontraran.
La cueva del moro si se puede ver hoy en día desde la carrera  se puede ver aunque tapada por un árbol que impide ser divisadas.
ISABEL CORONADO

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