UNA LUZ
UNA VEZ ME LEVANTE, Y PUSE LOS PIES EN LA TIERRA, ESTA GIRABA TANTO QUE NO ME DEJABA VER EL SUELO, SE MOVÍA Y SE AGITABA.
ERA UN FONDO SIN FIN DONDE UNA ESTRELLA MARCABA EL CAMINO, SOBRE EL QUE TENIA QUE CAMINAR.
LAS MONTAÑAS MIRABAN PICUDA MENTE, HACÍA A BAJO.
PENSÉ QUE PODRÍA CAMINAR POR ELLAS, CUANDO DE PRONTO UNA NUBE, ME ENGANCHO DE LA MANO PARA HACERME SUBIR, POR UN SENDERO DE ALGODÓN BLANCO SUAVE, QUE SE HUNDÍA DEBAJO DE MIS PIES.
CON UN SUAVE COSQUILLEO QUE ME GUSTABA, Y ME HACIA CORRER Y DE PRONTO UNA GRIETA, SE ABRIÓ Y APARECIÓ UN PRECIPICIO, QUE ME HACÍA BAJAR POR UNA CUESTA ABAJO INTERMINABLE Y A LA VEZ INALCANZABLE.
DE PRONTO ME PARE EN SECO Y DEBAJO DE MIS PIES, SENTÍ LA SUAVE HUMEDAD DE LA HIERBA FRESCA DEBAJO DE LAS PLANTAS, ERA UN BIENESTAR QUE ME HIZO SENTARME, Y QUE UNA SUAVE BRISA ME RODEARA Y ME LLENARA LA FRENTE DE AMOR, QUE VEÍA CAER, EN FORMA DE ESTRELLAS DE COLORES QUE SE CONVERTÍAN EN LUCES DE COLORES DIFERENTES QUE GIRABAN SOBRE MI Y ME LEVANTABAN Y ME LLENABAN DE UNA LUZ TAN GRANDE QUE ME DEPOSITABAN SOBRE UN CAMINO LLENO DE UNA LUZ TAN CEGADORA QUE ME RESISTÍA A MIRAR.
ISABEL CORONADO
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