Mi pequeña historia de Almendralejo

lunes, junio 17, 2019



                                                        EL PAJAR  DE LA COMARCA DE BARROS







Ir al pajar palabra muy normal y habitual en el lenguaje del agricultor cuando el pajar era parte de la vida del agricultor, estaba en las afueras del pueblo  formado ceras de callejas  solitarias del pueblo.

 Cada día se dirigía a él por la mañana, bien temprano para prepara a  bestias y aperos para ir al tajo.

 Al  volver tenían que  colocar todo y darle de comer a las mulas y asnos, llenando el pesebre de pienso, dándole de comer a los animales del pajar.

Antes de llegar al pajar, se paraban, de  vuelta de  las tareas laborables paraban a darle de beber en los pilares a las vestías, lo mismo hacia a la ida y llenaban de agua la cantarilla de arcilla de Salbalbatierra en los pilares  que había en la entrad al pueblo.

Que eran: El pilar que estuvo al final de la calle el pilar, el de las mercedes aun en pie en el parque de las Mercedes, inaugurado para la feria de ganado  en 1917, el pilar que hubo mas abajo de la estatua del Vendimiador al final de la calle el Pocito hoy una fuente, otro en la calle Francisco Pizarro, donde hoy vemos un parque-cito, con un trasformador de luz.

El pajar era una parte de la vida del labrador y mozos de mulas encargados de cuidad a estos animales y tenerlos listos.

En el Pajar podías encontrar toda clase de aperos muy bien alineados y colgados en la pared. Se guardaba en su interior el carro de varas "chismes" que era como se le decía al "arado", siempre hemos sido prácticos a la ora de hablar y ahorrar palabras.

El pajar era una gran o pequeña nave, según las necesidades y poder adquisitivo  del agricultor.

Una parte de el era  para mulas y demás caballerías, tenia un pesebre al que se le ponía cebada, mezclada con paja y una bola de sal, para refrescar  la boca del animal, por la alimentación cuando era con hierbas,  que el agricultor combinaba para ahorrarse dinero en la compra del cereal.

A si que las cunetas y barbechos, estaban limpias de hierbas,  no bagaban en coger hierbas para darle de comer a los animales.

Solían ver  a los burriquillos, tan cargados de hierbas que aveces no se le veia nada mas que la cabeza, por la carga que trasportaban y el dueño detrás de él corriendo detrás del asno.

El pajar era donde se criaban los cerdos para la matanza, en zahúrdas donde eran alimentados con desperdicios que acarreaban acompañados de hierbas y unas babosas que salían en la hierba, a ultima hora para engordarlos mejor se le añadían para comer entre-soma. latinos llamados a si a unas semillas negras dedicadas para los animales.

El pajar cambien era para reunión de amigos cuando entraban en quintas y calderetas, cuando el día estaba "pajarero" que era cuando ni llovía ni escampaba, pero no acto para ir al campo y se reunían en los pajares para pasar el día, haciendo cosas atrasadas,  que se iban dejando,  como acondicionar bien los aperos reparar puertas de zahúrdas, puertas de gallineros ect.

En la fotografía, la puertita pequeña que hay al lado de la puerta del pajar, era por donde se introducía la paja, primero se iba entrando en la parte dedicada del pajar la paja,  para tupir mejor y entrar mas paja, para todo el invierno, se iba entrando por esta puertita, con horcas tupiendo hasta que quedan entrada toda la paja que había traído los mozos mulas de la era en carros de yuntas y de varas y descargaban en las puertas.

El acarreo de la paja de la era a las casas, donde el pajar estaba al final de la vivienda en la cuadra, donde estaban  los burros  mulas y demás animales de la casa.

El acarreo a los pajares, como cuento, era de las  faenas  mas penosas, en aquellos días calurosos.

 Vaciada la paja  en la puerta, para ser introducida por todo el que quería ayudar, los niños que lo utilizaban como novedad, se les convidaba con una " perra gorda"  " 10 céntimos de peseta".

Aquellos días tan calurosos, la paja en la puerta de la calle, los remolinos de los día de aire solano, que provocaba fuertes ráfagas de vientos,  el calor se pegaba al cuerpo, a la ropa,  haciéndote penoso el  oficio.

 Se le temían tanto por lo suciedad que provocaba, que las mujeres no hacían la limpieza de la vivienda, hasta que no  se entraba la paja, en el pajar de la casas.

 Por el polvo que soltaba, que hacia que toda la casas se llenara del bao de la paja y trasiego de los ayudantes.

 Pesada limpieza, en blanquear toda la casa con cal, goteando  la cal, costando tanto trabajo quitar las pintas, a bases de cepillos, con poca agua que no era corriente había que acarrearla del pozo y pagar lo.

Se blanqueaba con cal viva, sin guantes ni protecciones de  ninguna clase, un trabajo la mar de penoso, había blanqueadores que se dedicaban a este oficio pero si se evitaban era un ahorro.

La cal se compraba en terrones enormes, que la noche antes se introducía en agua para apagadla, provocando saltos al cocer, había que dejar luego enfriar, pues tomaba grandes temperaturas, el brochon era de palmito, atado con destreza a una caña larga para abarcar mejor a lo mas alto para lo mas bajo se tenia otro o el mismo.

La paja era la faena mas odiada para los niños, picaba una barbaridad, se introducía por toas das partes del cuerpo, las par-gañas, se clavaban, en las uñas produciendo infecciones dolorosas y aveces los ojos se ponían malos al refregarse con las manos.

Pajar como el de la fotografía quedan pocos el tiempo los ha ido eliminando, el escribir,  de este tema era por que las cosas en deshueso, se olvidan y la historia contada en forma de vivencias es necesaria para los que ignoran y de la historia popular de nuestra tierra y costumbres


ISABEL CORONADO ZAMORA


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