CALLE DONOSO CORTES
La calle Donoso Cortes y entorno, su historia y
configuración difícil imaginar cómo era
y es en la actualidad.
Al final de la calle
Donoso Cortes, empezaba a surgir lo que
hoy conocemos como calle huerta, se le empieza a dar este nombre, porque
en ella tenía la huerta Faustino Zapata en los años 1922 y aun en
1933, huerta que cogía gran parte de la calleja nombrada.
Al llegar la noche nadie pasaba por este lugar por miedo, lo oscuro que estaba y una pequeña rinconada, servía para esconderse los Mozangones, que se vestían de Pantarujas para asustar
y espantar a los que por allí pasaba.
Rinconada que se
tapiaría (hoy en día se puede ver) ya que eran frecuentes los ajustes de cuenta,
la oscuridad y la rinconada eran
propicios.
La “calle el Rano” hoy Donoso Cortes, estaba pavimentado con enormes losas haciendo vertiente hacia el
centro de la calzada, para que el agua de lluvia que venía vertiendo des de las calles
hoy Huerta, Hernán, Cortes, y Palomas en su confluencia con la calle El Rano evitara llegar a las
viviendas.
Estas aguas
hacían una charca que en tiempo de aguaje, por la noche, cuando la vecindad se iban a la
cama se dormían escuchando cantar las ranas que había en la laguna formada en la calleja
de los Abrazos.
Difícil de imaginar
su situación en el mapa de Almendralejo, la calleja de los Abrazos, (hoy desaparecida al edificar sobre ella.
Este nombre dado
porque los novios buscando la intimidad y oscuridad, se paraban en ella para no ser vistos ni criticados.
Para evitar que en la
calleja de los Abrazos, se parara el
agua formando una laguna, el alcalde don Paco con cariño llamado el
Colorado, decidió con la corporación hacer una gran alcantarilla para eliminar las
aguas, encauzándolas y haciéndola
atravesaba la calle Escusa, (San José) la Rosenda.
La alcantarilla de
grandes dimensiones en tiempo seco,
servía de divertimiento para los críos, que por debajo
se pasaban hasta la calle Excusa.
La calle Excusa fue dado este nombre, porque estaba mal visto que
los mozos llegaran de madrugadas, en
aquella época servía de críticas por
vecinas que valiéndose de la forma de la
calle, podían ver des de sus ventanas, lo que pasaba
sin ser vistas a deshoras de la
madrugada, tomando este nombre hoy casi olvidado.
Otra versión es que
La calle San José, empezaría
hacerse en el siglo XIX.
Como la mayoría de las calles de Almendralejo, en esta
época, eran de barro, carecía de ceras, la
calzada un barrizal, en cuanto llovía, y polvorienta en verano.
Los vecinos acordaron entre si pedir al ayuntamiento, que la
arreglara, negándose el consistorio por
estar mal de dinero.
Pero se pusieron a deliberar con el alcalde, llegando al siguiente acuerdo, que el arreglo fuera por cuenta de los
vecinos que Vivian en dicha calle, a cambio la vecindad, quedaban “Excusados”
de pagar arbitrios y contribuciones al municipio, acordado por ambas
partes.
Haciendo la vecindad
por su cuenta las aceras y la calzada que fue pavimentada con grandes piedras,
que han perduran hasta más de mediados del siglo pasado y quedaron
debajo del pavimento actual.
En agosta d 1899 se
acordó cambiar Excusa por San José, que en la república fue nombrada por Tomas Meabe, (Tomás
Meabe Bilbao fue un escritor y político socialista español, fundador de las
Juventudes Socialistas de España, organización juvenil del PSOE).
Una frase suya muy usada («quisiera escribir con amor y la pluma se me torna látigo».)
Después de la guerra
de Civil de 1936, recupera hasta hoy el nombre de calle San José.
El agua canalizada que atravesaba la calle San José, Colon (
calle Colon antes callejita de la Rosenda
nombre que viene de la joven que
fue brutalmente asesinada por celos por
su novio , quedándose le su nombre en su memoria ) el agua seguía, desembocando en el regacho “Cagancha” que trascurre por lo que hoy es la
calzada Francisco Pizarro.
El significado de Cagancha,
es el nombre que recibe el codo de una de las ramas
del alcornoque y el corcho que se
extraía, era usado por las
lavanderas para poner las rodillas
al ir a este arroyo a lavar.
En la
antigüedad de aguas claras, con praderas de grandes rocas, donde las lavanderas
ponían soleaban y secaban la ropa.
ISABEL CORONADO ZAMORA
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