UNA TARDE DE TOROS EN ALMENDRALEJO
Una fotografía es un momento para toda la vida, refleja instante, imágenes la historia de una época.
Atreves de ella ves la evolución de los años en modas y estilos.
Las jóvenes con ilusiones, madres felices que disfrutan junto a los que más quieren, con una corrida de toros.
A Manuela no es que le gustaran la corridas de toros, era admiradora, diestra en saber hablar del arte de Cuchares, sabedora de valorar una faena.
La ultima corrida que vio fue para ella inolvidable, la vivió desdés que su nieto César le dijo --abuela te invito a ver una corrida al Puerto de Santa Maria--
Eso la hizo asaltarles chis pitas a los ojos, era su máxima ilusión.
Pues decía, "Quien no ve una corrida de toros en el Puerto de Santa Maria no sabe lo que es ver toros".
La entrada le supuso a su nieto un sacrificio que disfrutaron, desde el mismo momento que salieron del piso de Chipiona.
Bajaron aquella escaleras riendo, montaron en el coche saboreando hasta la brisa, durante el camino valoraba cada visión que le daba el paisaje.
El verdor que le gustaba, el viento que entraba por la ventana del automóvil, todo para ella era bonito.
Se acariciaban se decían chistes reían, por todo se sentían tan felices que apenas se dieron cuenta del trayecto. Una vez en la plaza como era temprano admiraron el coso.
Desde que entro no hubo instante que la felicidad reinara en su semblante .
Abuela y nieto se dispusieron haber la corrida y disfruta del diestro admirado de ambos, toreaba aquella tarde, nada mas y nada menos que el "JULI" aquella corrida fue una buena tarde.
La felicidad quedo en los recuerdos que los años pasados ha echo mas fuerte de evocarla a la viajera de nubes de la eternidad.
César recuerda con cariño, instantes, mira para el cielo pues sabe que están todos juntos muy juntos a su lado y bien lo sabe él.
EN LA CORRIDA NINGUNA MUJER EN ESTE RECUADRO LLEVA PANTALONES.
LA BARRERA ES DE MADRE COSA QUE HOY NO ES.
ISABEL CORONADO ZAMORA
Atreves de ella ves la evolución de los años en modas y estilos.
Las jóvenes con ilusiones, madres felices que disfrutan junto a los que más quieren, con una corrida de toros.
A Manuela no es que le gustaran la corridas de toros, era admiradora, diestra en saber hablar del arte de Cuchares, sabedora de valorar una faena.
La ultima corrida que vio fue para ella inolvidable, la vivió desdés que su nieto César le dijo --abuela te invito a ver una corrida al Puerto de Santa Maria--
Eso la hizo asaltarles chis pitas a los ojos, era su máxima ilusión.
Pues decía, "Quien no ve una corrida de toros en el Puerto de Santa Maria no sabe lo que es ver toros".
La entrada le supuso a su nieto un sacrificio que disfrutaron, desde el mismo momento que salieron del piso de Chipiona.
Bajaron aquella escaleras riendo, montaron en el coche saboreando hasta la brisa, durante el camino valoraba cada visión que le daba el paisaje.
El verdor que le gustaba, el viento que entraba por la ventana del automóvil, todo para ella era bonito.
Se acariciaban se decían chistes reían, por todo se sentían tan felices que apenas se dieron cuenta del trayecto. Una vez en la plaza como era temprano admiraron el coso.
Desde que entro no hubo instante que la felicidad reinara en su semblante .
Abuela y nieto se dispusieron haber la corrida y disfruta del diestro admirado de ambos, toreaba aquella tarde, nada mas y nada menos que el "JULI" aquella corrida fue una buena tarde.
La felicidad quedo en los recuerdos que los años pasados ha echo mas fuerte de evocarla a la viajera de nubes de la eternidad.
César recuerda con cariño, instantes, mira para el cielo pues sabe que están todos juntos muy juntos a su lado y bien lo sabe él.
EN LA CORRIDA NINGUNA MUJER EN ESTE RECUADRO LLEVA PANTALONES.
LA BARRERA ES DE MADRE COSA QUE HOY NO ES.
ISABEL CORONADO ZAMORA
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