VIAJE A TORREMOLINO
Era la década de los años 60 del siglo pasado, te situó, mi
abuelo había muerto, mi madre de luto riguroso por la muerte de su padre.
Lo había estado cuidando, sola durante toda la enfermedad de
álceme, en aquellos años nada se sabía de esta enfermedad, ni cómo cuidarlo y
como hacerle la vida al cuidador más grata. MI padre que le avisan del sindicato
vertical el que estuvo en uno de los extremos de lo que hoy es la plaza de
Extremadura.
Me parece ver entrar mi padre con sus manos firmes soltar el
gancho de la puerta de la calle, puesto para mantener la puerta entre abierta,
de un golpe de mano abrir la de paren par y su voz-- Manuela - Manuela, nos ha
tocado un viaje a Torremolinos, que promociona el estado.
Educación y Descanso tiene una residencia para los
trabajadores en esta localidad, si tenía suerte, durante una semana ponía un autobús
y los llevaban a complejo de bungalós que había en la costa de Torremolinos.
El choque con la mirada de mi madre fue rápido y su contestación
hay - José si estoy de luto de mi Papa
Contestación de él y que, tú has estado con él cuidándolo,
mis hermanos que van a decir, sobre todo mi hermana.
Él cabizbajo se fue
hacia el patio, después al corral, empezó acariciar a su borriquillo, que al oírlo
se había asomado a la puerta de la cuadra roncando alegre de su llegada – José empezó
acariciar el morrillo del asno, mientras sentía a mi madre que iba detrás de
él.
Que hacemos José, contestación de él -pues ir, con lo duro
que ha sido la enfermedad de tu padre tu nunca has visto el mar, yo por lo
menos he ido a la mili y lo vi cuando fui África.
Pero lo bueno estuvo
cuando se lo dijo a la hermana, pues los humanos no recuerdo que dijeran nada,
pero la hermana, me parece escucharla.
Hay mi Papa de mi alma con un año muerto y te quieres ir a
un viaje que poco sentimiento.
Reglón seguido-- pues yo con tus hijas no me quedo haber que
haces con ellas.
Después de una discusión
con mucha palabrería la hermana se fue muy degustada y con las que se iba
parando se lo iba comentando lo que quería hacer su hermana, ella que aun llevaba
luto riguroso y velo, si pues era costumbre llevar velo en la cabeza el tiempo
del luto.
Cuando mi padre volvió del campo después de una dura jornada
de trabajo en el campo, que empezaba por la mañana y llegaba al atardecer.
Abrió la puerta, mi madre lo esperaba en medio del pasillo
de la casa y le dijo - José ve a la Comunidad de Labradores o al Sindicato y
dile que vamos.
Y así lo hicieron mi hermana
y yo, que aun éramos pequeñas nos quedamos solas, Antonia la hija de Fernanda
se acostaba con nosotros por la noche.
No recuerdo más. Si la llegada de mis padres que durante
este tiempo nos escribieron una carta que llego a la paz de ellos, y muy
contentos de lo bien que les fue de algo que para ellos era desconocido unas vacaciones.
Lo mejor los regalos que en su corta economía nos trajeron pero que a nosotros
nos encantó . Querido primo una fotografía con historia.
Isabel coronado
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