Mi pequeña historia de Almendralejo

jueves, diciembre 13, 2012

Cuando tomamos el barco, íbamos radiantes los dos muy juntos y contentos, eran unas vacaciones que una vez más prepare y organice yo.
Que más se le podía pedir a un día donde el sol te daba calor el agua te salpicaba con sonrisas,  que depositaban sobre la cubierta de aquella embarcación llena de felicidad, por los ocupantes que dichosos miraban aquella isla en medio del mediterráneo  donde íbamos a ver desde su altura todo un contorno de vistas de la costa de Benidor.
Juntos empezamos a caminar bamboleando nos al compás de las olas, que envestían contra el casco con suaves caricias que iban dejando sobre ella sal que se impregnaba sobre su pintura.
Que bien estábamos que agustito.
 A tras quedaba un año agotador, el trabajo con sus madrugones,  eramos como dos adolocentes maduros deseosos de ser feliz de compartir nuestra llaneza, sin pretensiones.
No queríamos más que ser felices y saborear, el lugar.
 Visita que el año antes quedo pendiente y por fin en esta ocasión iba a ser posible,  mi hijo nos había echo inca pie en que esta isla merecía ademas era nos dijo la que se veía en las películas españolas del pasado cuando aparecía "HIZARO FIL".
ISABEL CORONADO.

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