Mi pequeña historia de Almendralejo

martes, junio 04, 2013




NOCHE CERRADA

Era noche cerrada cuando se sintió unos porrazos en la puerta de la casa que estaba en la barranca de la orilla del regacho.
 La mujer miro a los Niños que dormían, la noche era oscura y corrió a asegurarse que la puerta estaba bien cerrada las ventanas y la madera que tapaba la chimenea.
Sintió tanto miedo que no contesto.
Los niños empezaron a removerse y uno se despertó, miro hacia donde venían los porrazos que estaban alterando la quietud de la humilde casa.
¿Hay dios quien sera?, ¿sabrá que no hay hoy hombre en casa?, se armo de valor, fingió estar hablando con el marido, inexistente como si estuviera.
 Mientras los niños despiertos atónitos callaban y se acurrucaban debajo de las sabanas buscando protección.
De pronto un trueno hizo temblar las paredes de la vivienda, a caer tierra del techo, se empezaron a oír paso  sobre el tejado que iban hacia la chimenea.

¿Que iba a pasar? últimamente estaban pasando cosas raras en la inmediaciones que tenía aterrados a los vecinos.

La lluvia se sentía caer en las canales con fuerza que con ira chocaba con paredes y maderas.

La mujer a vivo el fuego para que las llamas impidiera entrar al intruso por la chimenea, empezó a echar leña, hasta  no haber, se había olvidado entrar mas leña.

Como no había mas que quemar, levanto los niños echando los colchones en la candela, el calor tan grande que les sofocaba.

Los pasos seguían en el tejado, a si fue pasando la noche y llego el día, los pocos enseres quemados y los ruidos en el tejado  menos pero seguían.

Los ruidos del  venir el día característicos del campos al amanecer.
El ganado y los pastores se empezaron a oír a lo lejos, que se iban acercando, cosa que animo a la mujer, esperando que se acercara se armaría de valor y saldría fuera.

De pronto escucha voces, jaleo de los labriegos que iban pasando por el camino que pasaba al lado de la casa.

Esto la hace salir fuera con los niños agarrados al mandil,  vio a los labradores como apuntaban al tejado, las tejas debido a tanto calor echaban humos.

Sorprendida miro ella también, viendo que encima del tejado estaba la baca que había pisado tanto que las tejas estaban rotas y el animal intentaba bajar.

Osea que el miedo era causado por una baca despistada que no se sabe bien como pudo subir  a la techumbre.
La vaca  había sido la causa del miedo, de quedarse sin los pocos enseres calcinados en la chimenea.
El miedo es libre y cada cual tiene el que quiere. Y el miedo guarda la viña
ISABEL CORONADO

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