SI ME COPIAS DIME LO, NO ME IMPORTA PERO SE HONRADO ES UN TRABAJO QUE OS OFREZCO.
EL DÍA DE LOS CARAMELOS EN ALMENDRALEJO
El día de los caramelos
fue una fiesta que un buen día, sin saber el por qué, dejó de funcionar como
tal. Durante generaciones había estado presente esta festividad en
Almendralejo, muy arraigada en sus habitantes, que generosamente en un tiempo
en que un caramelo no era tan accesible como lo es ahora, los vecinos unos a
otros en esta festividad se regalaban esta golosina como un gesto cariñoso y de
cortesía, además era un día simpático pues todas las personas tenían
el moflete engordado por el caramelo.
En las fábricas de
caramelos, que había en el pueblo, se hacían grandes colas para su adquisición,
que daba más trabajo y ganancias a las encargadas de envolver los caramelos.
Al ser la demanda mayor en estos días había
más trabajo, pagados a razón de los caramelos que envolvían, oficio realizado
en sus casas, allí se los llevaban metidos en jarras de aluminio, sin envolver,
y los recogían cuando estaba envueltos.
La fiesta de los
Caramelos se festejaba en el pasado el día de Jueves Santo, sobre todo en la
calle real que se llenaba de gentes y de puestos vendiéndolos a lo largo de
ella, sobre todo alrededor del parque o
plaza de Espronceda.
Todos con el caramelo en la boca y obsequiando a
los conocidos, los mozos para conversar con las mozas les regalaban tan gustosa
golosina y las más osadas se los pedían, siendo los más apreciados los caramelos de Velasco y lo de
Toribio Fernández, ambos igual de gordos, cuando te entrabas uno en la boca te
duraba toda la noche.
Era costumbre entonces
que los novios regalaran a su pareja un kilo de caramelos y un obsequio y
también recibía igual regalo la hermana de la novia. Era tanta la cantidad que
se consumía que al día siguiente el pueblo estaba alfombrado de envolturas, que
los niños coleccionaban pasándose el día buscándolas por las calles, para luego
con ellas poder realizar el juego llamado “Las piedras”; se realizaba con los
niños que estuvieran presentes, todos con una piedra en la mano que días antes
habían buscado y seleccionado, pues las
preferidas eran de cantos rodados, que no eran fáciles de conseguir. Al que le
tocaba ser burro lanzaba la piedra todo lo más lejos que podía, el hacerlo así
era para no ser alcanzado por las de los participantes, que con las suyas tenían
que intentar darle a la que hacía de testigo, si fallaban le pagaban, si le daban era el dueño de la
piedra el que pagaba.
El pago
se hacía con puntos que eran las figuras
que tuvieran las envolturas. De este modo se iba recorriendo la calle y dando
la vuelta a la manzana, surgiendo accidentes al ponerse el chiquillo en la
línea donde iba la piedra lanzada, dándole y haciéndole al contrarío una “pitera” (brecha) en la
cabeza, era raro el que no tenía alguna , o vendada la cabeza, producto de alguna pedrada al ser la forma de
juegos de donde surgían peleas, que llegaban por ellas haber broncas entre los
padres, mientras los niños al rato ya estaban juntos.
Los envoltorios que más
gustaban y por los que llegaban las riñas, eran los de los caramelos Velasco,
constaban de seis medallas que habían sido conseguidas en los certámenes de
distintas ferias donde habían participado los Caramelos, premios otorgados por
su buena calidad, que le había dado notoriedad y fama en toda España.
Después del día de los
Caramelos venía el de las Bollas, que era el domingo de Pascua y mayores y niños iban a la era con su cestas y
cestitas de mimbre llenas sobre todo de bollas.
Había un dulce
característico que se hacía para tan señalado día y era una bolla con un huevo en
el medio, cocidos juntos en el horno.
Para la Fiesta de Semana
Santa se hacían gran cantidad de dulces variados, muchos llevaban en sus
condimentos manteca del cerdo de la matanza y los huevos del corral de las
gallinas ponedoras, las tahonas se llenaban de mujeres haciendo dulces que se
ponían a cocer en latas con una seña de identificación.
Los niños la mar de divertidos con el trocito
de masa que daban las madres para colaborar.
Los dulces una vez cocidos eran puestos, según
la clase, en baños para llevarlos a casa, muchas veces en varios viajes, según
el poder adquisitivo. También para la chiquillería el ir a la tahona era una
diversión que les llevaba hasta hacer novillos, (no ir a la escuela).
Para el día de las Bollas también hacían
negocio los Cesteros, llamados a los que realizaban con el mimbre cestas, muy
solicitadas cuando llegaba este día, procurando el artesano hacer modelos
diferentes cada año para llamar la atención al cliente. Las tiendas de cesterías que había en
Almendralejo eran dos, una enfrente de la otra, en la calle el Molino.
Cuando ya tenías la cesta
y bien provista de dulces en su interior, se iba a la era más cercana a comerse
“merendilla” (merienda de media tarde).
Como el día de las Bollas
coincidía con el domingo de pascua, llamado “ de la Aleluya”, en el cual se iba
a la plaza o plazoleta la Hierba con los padres, era costumbre que en este día
se comprara un borreguito o “chivina” a los niños, siendo ellos durante todo el
año los encargados de cuidar al animal y pase arlo por la era hasta que los
criaban, entonces aparecía la tragedia, pues había que sacrificar al animal,
pronto el llanto y sofocón pasaba al se
repuesto por otro animalito recién nacido y volver a empezar..
Toda esta tradición el
tiempo las ha ido borrando del diario de nuestro pueblo, los niños hoy en día
tienen otras distracciones que han ido apareciendo con el poder adquisitivo y
la evolución de los tiempos.
ISABEL CORONADO
4 Comments:
Descubrí esta festividad por casualidad y me resultó muy curiosa.
Sirvió para probar por primera vez los caramelos de Toribio Fernandez, que por cierto me han encantado.
Llevo algo más de un año viviendo en Almendralejo, es un pueblo maravilloso con gente encantadora y donde espero seguir viviendo muchos más años.
Un abrazo.
By Nacho, at 12:34 p. m.
Los caramelos de Toribio son ricos los de Velasco quedaron gravado en los paladares su sabor y esencia a todos los que degustamos tan rica golosina.
Gracias por pararte y leer mis escritos.
By Isabel, at 12:08 a. m.
Almendralejo es una ciudad dentro de un pueblo, lleno de vida y animación.
By Isabel, at 12:09 a. m.
Me gusta mucho los comentarios que me dejáis, me da fuerza para seguir investigando y escribiendo.
By Isabel, at 1:06 a. m.
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