EMPRESAS PARA RECORDAR
En
Almendralejo su fuente principal ha sido la agricultura pero alrededor de ella
personas con visión e ilusiones formarían industrias que se surtían de su materia prima. En la historia del
pueblo son muchas las fábricas y empresas que han surgido e igual que con pena
hemos visto desaparecer a otras que están en el recuerdo de quien las
conocieron.
Cuando
nombramos los pisos de los Camachos, enfrente de la plaza de toros, hoy que
poco nos dice este nombre. Pues en 1920 y mucho después, estuvo en el mismo
lugar, el taller de los hermanos Manuel, Francisco, y José Camacho Martín de
Vicente que abarcaba parte de la carretera
Santa Marta y sus traseras llegaban hasta la carretera Sevilla, El taller de Tornero
de los Camachos tuvo fama y prestigio, ya que un solo motor alimentado con
aceite pesada ya que en aquella época el gasoil no existía para la maquinaria movía
todos los tornos con los que se hacían las piezas que se les encargaban, bien
del pueblo o de fuera. Con un numero de unos doce empleados y de el saldrían especialistas
como Manolo Pérez Mariña,
Bodegas
Montero, fundadas en 1908, cogían parte de la cera de la avda de la Paz y toda
la cera de la calle San Roque. Sus licores tuvieron fama y la Ginebra
destiladas en sus bodegas eran esportada a Inglaterra, sus caldos eran
comprados por bodegas de Jerez de la Fronter. Bodega con solera y bonita, pena es que hoy la veamos convertida y
dividida en bares y discotecas, donde aun se aprecia restos que parecen querer hablar y contarnos momentos
vividos en sus lagares, vinos conservado en conos de cemento, hechos por Juan
Villa maestro en este trabajo y con fama en la provincia y fuera de ella.
También se usaban barricas de maderas para los suculentos caldos. Paredes que
hablan y donde resuenan los pasos de su fundador, queriendo traer al presente
un pasado. Esta bodega en su entrada por la calle San Roque tenía un patio muy
bonito que algo queda de lo que fue.
En este
lugar se quemaban el vino convirtiendo se en alcohol, aun esta en pie parte de
lo que fue la alcoholera y su altiva chimenea, recordando un pasado glorioso.
Empresa de las más punteras de Almendralejo, que se adelanto a su tiempo o
abrió caminos a industrias que hoy tiene la ciudad. En una época en que no
había salida a la producción vitivinícolas en la zona ni alternativa, Bodegas
Montero era conocida hasta en el extranjero, ya fuera por su ginebra, vermú y Ron
caballo blanco, mistela o Brandy especial
Magalino, todo de gran calidad cuentan los expertos que saborearon estos
caldos. En los años 1960 tenia más de treinta empleados, con una flota muy
importante de camiones cisternas para trasportar los caldos.
Sus oficinas
tenían un nutrido grupo de Escribientes, llamados así a los encargados de llevar
las cuentas, con estudios muy elementales, que se esforzaban en aprender. Se
contrataban a personas que escribieran bien y con letra bonita, llamados con
buena pluma, para redactar cartas, que se escribían a mano, había pocas personas que sabían realizar este
trabajo, pues a la escuela se iba poco o casi nada.
Los que
siendo niños nos despertaba su sirena, que señalaba la entrada al trabajo, se
espacia por todo el pueblo, señalaba el comienzo de la jornada y salida, sonido
atronador que ha quedado grabados, al recordar lo parece que las oigamos.
Fueron
industrias que abrieron puertas a otras, con su visión de futuro hicieron
camino y merecen ser recordadas.
ISABEL
CORONADO ZAMORA
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