LA MAÑANA DE NAVIDAD.
Salio aquella mañana fría y desapacible, mermada de alegrías todos dormían y los gatos sobre la cama se esperezaban cansinos de descansar sobre la colcha de la dueña.
Era un día más de tantas navidades llenas de una nostalgia y de querer, sentir recuerdos, olvidados en rincones llenos de telarañas alojados en cualquier mente con deseos de ver resplandores de navidades.
Que fueron los recuerdos mejorando y adornando los hasta convertirlos en algo mágico donde había algo que no gustaba se sustituía con una luz cegadora para que tapara un mal momento, al rincón de sombras y tristezas le poníamos sonrisas de nostalgia y canciones casi olvidadas.
Hasta aparecer un salón radiante lleno de caras conocidas deseosa de estar con todos los que en aquel habitáculo se sentían.
Navidad, deseos de felicidad, que cosa tan fácil es ser lo y como nuestras actitudes las cambian y someten a meras palabras.
No sabemos donde vamos y lo que queremos es egoísmo, por no querer ser meno, las envidias están en navidad y poco se deja en las puertas y no sentimos ni temor cuando le pedimos al niño Dios al que todos los años rogamos tantas cosas y que pocas mejoramos en la convivencia diaria.
Siempre a estar en un punto a querer todas las comas que los puntos y apartes no se olviden ninguno y no dejar nada.
¿No se pero que es el espíritu navideño?, son luces en las calles, las tiendas llenas, con gastos tan excesivos que pasan cuentas y suplicios para pasar el siguiente mes.
El espíritu navideño, cuando ponía el portal siendo una niña lo buscaba en da figuras que alguna iba pegando sus desperfectos en el musgo en los corchos, en la carbonilla que iba con mi padre a buscar por los raíles de la vía para formar las montañas en el portal.
Nunca lo encontré ni a lo largo de los años, veo que los seres humanos sean diferentes el resto del año.
Cuando estuve en Chipiona fui a ver el belén, no había, en su lugar habían puesto un tronco enorme con un brote que salia de un extremo.
Cuando salí dije el portal de belen tienen los días contado, seguí pensando, en aquel débil brote que salia de aquel enorme tronco fraccionado y creo que Dios es ese de vil brote, que esta en ese tronco arrancado, cansado de oír tantas plegarias por seres egoísta que dan poca felicidad, y si lo peor de ellos, con tanta naturalidad que sus conciencias están educadas para no sentir su egoísmo.
Si la tierra da para todos, si somos meros viandantes por la vida la cual engaña creyendo que vamos a quedarnos y los que se van son los que vienen a nuestros lado.
Pero hoy es el día después de navidad, y hay que buscar el rincón donde este el espiritu navideño, y mirar un año más a el portal ese que ha estado toda nuestras navidades de nuestra vida junto a nosotros y pedir como siempre, que este año traiga felicidad a familia y amigos, trabajos, amor, tranquilidad, sabiduría para entender a los semejantes.
Que los políticos bajen del guindo y vean la realidad de una España que se va por el túnel del paro de la mala sanidad y que se vuelvan coherente, para hacer bien y que el espíritu navideño como un soplo de viento nuevo aparezca de una vec.
ISABEL CORONADO
Salio aquella mañana fría y desapacible, mermada de alegrías todos dormían y los gatos sobre la cama se esperezaban cansinos de descansar sobre la colcha de la dueña.
Era un día más de tantas navidades llenas de una nostalgia y de querer, sentir recuerdos, olvidados en rincones llenos de telarañas alojados en cualquier mente con deseos de ver resplandores de navidades.
Que fueron los recuerdos mejorando y adornando los hasta convertirlos en algo mágico donde había algo que no gustaba se sustituía con una luz cegadora para que tapara un mal momento, al rincón de sombras y tristezas le poníamos sonrisas de nostalgia y canciones casi olvidadas.
Hasta aparecer un salón radiante lleno de caras conocidas deseosa de estar con todos los que en aquel habitáculo se sentían.
Navidad, deseos de felicidad, que cosa tan fácil es ser lo y como nuestras actitudes las cambian y someten a meras palabras.
No sabemos donde vamos y lo que queremos es egoísmo, por no querer ser meno, las envidias están en navidad y poco se deja en las puertas y no sentimos ni temor cuando le pedimos al niño Dios al que todos los años rogamos tantas cosas y que pocas mejoramos en la convivencia diaria.
Siempre a estar en un punto a querer todas las comas que los puntos y apartes no se olviden ninguno y no dejar nada.
¿No se pero que es el espíritu navideño?, son luces en las calles, las tiendas llenas, con gastos tan excesivos que pasan cuentas y suplicios para pasar el siguiente mes.
El espíritu navideño, cuando ponía el portal siendo una niña lo buscaba en da figuras que alguna iba pegando sus desperfectos en el musgo en los corchos, en la carbonilla que iba con mi padre a buscar por los raíles de la vía para formar las montañas en el portal.
Nunca lo encontré ni a lo largo de los años, veo que los seres humanos sean diferentes el resto del año.
Cuando estuve en Chipiona fui a ver el belén, no había, en su lugar habían puesto un tronco enorme con un brote que salia de un extremo.
Cuando salí dije el portal de belen tienen los días contado, seguí pensando, en aquel débil brote que salia de aquel enorme tronco fraccionado y creo que Dios es ese de vil brote, que esta en ese tronco arrancado, cansado de oír tantas plegarias por seres egoísta que dan poca felicidad, y si lo peor de ellos, con tanta naturalidad que sus conciencias están educadas para no sentir su egoísmo.
Si la tierra da para todos, si somos meros viandantes por la vida la cual engaña creyendo que vamos a quedarnos y los que se van son los que vienen a nuestros lado.
Pero hoy es el día después de navidad, y hay que buscar el rincón donde este el espiritu navideño, y mirar un año más a el portal ese que ha estado toda nuestras navidades de nuestra vida junto a nosotros y pedir como siempre, que este año traiga felicidad a familia y amigos, trabajos, amor, tranquilidad, sabiduría para entender a los semejantes.
Que los políticos bajen del guindo y vean la realidad de una España que se va por el túnel del paro de la mala sanidad y que se vuelvan coherente, para hacer bien y que el espíritu navideño como un soplo de viento nuevo aparezca de una vec.
ISABEL CORONADO
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