INMEDIACIONES DEL PANTANO DE VILLALBA DE LOS BARROS.
ERA SE UNA VEZ
Era sed una vez, cuando el viento al atardecer baja ala tierra y hace batir las ramas que dejan caer el aire que bate las hierbas, dando le suave brisa que desprende el olor a prado, aroma de margarita silvestre que se refugia en las orillas de los caminos.
Flor sencilla de tallo largo, que anima al caminante, al pasear por los senderos, observando el atardecer, que se va alejando hacía la loma más alta para alcanzar el Sol.
Al caminar ves deslizar el viento por la hierba, que toma la frescura del ocaso de la tarde, mientra un ser querido, te enseñaba al pisar por surcos labrados sobre la tierra refugio de pensamientos del labrador, que siente los latidos de la arcilla que que da vida a las plantas que renacen y brotan con bravura, hojas pegadas a los sarmientos de una cepa arraigada al tierra que la nutre. Dando le el vigor para mover sus brazos cubiertos, de brotes llenos de racimos que con el sol van logrando el color maduro de las mieses listas para el lagar.
ISABEL CORONADO.
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