La vida va siempre a nuestro lado, en un camino de ir por  los sentidos que los consejos van dando sombras llenas de un simple carro lleno de paja.
La noche ventosa, levanta al cielo los besos de los puntos que caminan  en una vida tan salida y entrada que el rió de los recuerdos desborda.
 La venta de descanso los resquemores de los encuentros que navegan por los mechones caídos, sobre sienes desbordadas, fuentes perdidas que los rezos piden que llenen los lapsus de espera de la puesta abiertas.
 Con llaves que cierran los vientos caídos sobre tierra fiera que vence al gigante de la vida  que se mece en ramas tiernas que de nada colma  los sin sabores de un tiempo perdido.

ISABEL CORONADO