Mi pequeña historia de Almendralejo

miércoles, abril 12, 2017

           UN PUÑADO DE TIERRA






Mientras tu  marcas un puñado de tierra, cuando la montaña este tan lejos, con puertas en el horizonte del ocaso, de la quietud sin piedad.
  Serán los recuerdos, los que lleguen sobre la mente, sin rumbo, en los lances  de una espada que corta el pellejo de un cuerpo que se dobla, sobre los surcos de una vida llena de tantas encrucijadas vacía.

 Sin sueños, resistiendo  a las olas de la tierra que levantan remolinos que van engendrando los sentimientos de los sentidos, de una vida que marca las pautas, de ser las caricias que se fueron.
 Llegaron las agrietudes de  los diálogos vacíos, sin rumbo ni miras.
 En la quietud de marcas sobre una piel ajada, que tu solo alientas pues tu mente es tuya y el junco del de la orilla sera abatido sobre corrientes, sin fuerza ni rumbos donde los sueños navegan sobre lagos vacíos.

Cuando un humo se esfume sobre la corriente de un lance, sobre la mesa de naipes, donde  marca la saviduria del jugador.
 Cuando las miradas marcaran la suerte y la destreza de elegir la carta mejor a jugar, que sera tu destino, que nuca elejistes.
 La cepa  que se cansa del secano, resistiendo  las brumas del pensamiento dodne la soledad de las ideas ban marcando,  los surcos del saber del mundo magico  que nunca supustes encontrar, por que la vos se fue  sobre un barco, navegando en los surcos de la frente, resisiteindo sobre la fragua que el viento de tu ser asopla en  la fragua alentando dar forma a tu ser,   luchando por los los sueños que almacenan tu ser.

Nunca  pisa sobre tierras ajenas,  ni las verdades  cuando ves una puesta de luna sobre espigones  de recuerdos, No es mas verdad un año pasado ni el presente, no es cierto que hoy es igual que mañana ni ayer.
No puedes dejar la verdad anidada, sobre una mirada que se desplaza por las orillas del pensamiento, perdido en un día que fue el mañana y el atardecer aliento del sol,  donde  se reflejan tantas  penas y pensamientos del mundo.

Fue veradad o te quedastes encantado en el tronco del arbol del surco perdido, nido de aves y  refugio del caminante, que riendo saber la verdad de un alma pasagera.

ISABEL CORONADO

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