ARDER LA LEÑA
He visto arder la
leña y las llamas lanzar bocanadas al cielo y como sus brazos derramaban calor,
e hipnotizaban y pasaban una película desigual, que iba pasando secuencias
de otras candelas, con palabras conversadas al calor de candelas ya quemadas en
la que se comentaba- No hay trabajo estamos en paro no se hacer otra cosa que
la fuerza de mis manos y de mi cuerpo- -
hay si tuviera estudios me comía el mundo..
Estas palabras se
hablaban en conversaciones, de los años 1960, y los padres se dieron cuenta que
para que sus hijos no fueran emigrantes entierras lejanas había que prepararlos
desde el momento que naciera el niño-ña.
Que nada más
empezar andar, debía ir ala mejor guardería, luego al instituto, practicar deporte en polideportivos, e ir a
la “Universidad” y hacer una buena carrera, y terminada; un master.
Y para saber más,
obligaba la comunidad Europea hacer un Pros-grado, que costeaba el joven en paro.
Todo sacrificio era poco para estar bien,
preparado y actor para iniciar se en el mercado laboral.
De seguro
que su abuelo volvería a dejar la tierra
si regresado de su viaje astral y viera que sus nietos también preparados eran
emigrante como lo fue.
Y volvería a
recordar cuando fue a Madrid en 1970 y vio una pancarta en un puente,
protestando por haber 800000, parados, cosa que era muy malo.
Y de seguro que pensaría
en sus luchas obreras por que sus nietos conocieran una vida mejor.
Donde el saber y preparación le diera a sus
nietos, bienestar, nunca paro.
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