RIETE
Reír; la mejor gimnasia,
facial, la sonrisa hace que las pliegues desaparezcan y el bienestar se refleje
en el rostro si te miras al espejo cada mañana te sentirás mejor si lo haces
con una risa.
Olvida perjuicios
cuando la carcajada resuene en la sala de un cine, en e silencio de una
película.
A alguien, le
paso viendo la película “Al otro lado de la Cama” que en una de las secuencias
le causo tanta gracia cuando uno de los personajes dijo la siguiente frase”EL
NIÑO MELON”.
Primero sonrió, luego rió y después, empezaron carcajadas seguida, resonantes
y enorme, que salían de su garganta, mientras el acompañante le obligaba a callar,
cosa que le hacia más gracia y al oír le
obligarla que se callara y verle
el apuro que él sentía, aparecieron carcajadas, continuas que la desbordaron.
De pronto en el
silencio de la sala, solo alterada por su risa, sonó, otra y después otra y así
hasta que todo el cine empezó a reír, cada vez más sonoramente y el acompañante
sin comprender y más serio, mientras todos reían mas y más y más.
Cuando termino la
película todos salieron, contentos, con ojos llorosos de tanto reír y
sonriendo decían que buena película, al
dueño y no dudo que lo es.
El acompañante,
todavía se pregunta que no era para tanto.
A veces ser
reprimido y temeroso lo único que hace sentir es no ser feliz.
Ríe todo lo que quieras
que más da el lugar.
Un conocido, lo
paso muy mal en un entierro de un tío, cuando todos llorosos y afligidos, una vez
terminada la misa se dispusieron a recibir el pesamen y dolencias por el
difunto.
Todos en línea,
arriba del altar de la parroquia, empezaron haber desfilar amigos y conocidos
uno por otro daban condolencia.
De pronto aparece
una señora y se dirige al que más estaba llorando y le dice que se acerque, él
hombre pensando que era para dar a demostrar, más el cariño que pudiera sentir
por el difunto bajo y la señora, desde en el escalón más bajo, le dijo con voz oíble,
“OYE A TI NADIE TE A DICHO QUE TE PARECES A “CHIQUETETE”.
Todos los
dolientes, se miraron, unos a otros y al que se lo había dicho y empezaron
hacer pucheros de sonrisa, y aguantar la, poniéndose la mano en la boca, mientras
continuaban pasando los amigos a darle el pésame.
Como no podían
aguantar la risa, acabaron riendo y teniendo que dar por terminado las
condolencias, pues la pena acabo siendo una risa que les avergonzaba.
De seguro que el
difunto que estaba de cuerpo presente, se hubiera puesto de pie y levantado y se
hubiera reído.
Se feliz donde estés,
y ríe, que la risa es lo mejor que nuestra cara puede reflejar.
ISABEL COROANDO
ZAMORA
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