Mi pequeña historia de Almendralejo

jueves, enero 26, 2012




RIETE

PEPOTE EL GATO MAS DIVERTIDO


Reír; la mejor gimnasia, facial, la sonrisa hace que las pliegues desaparezcan y el bienestar se refleje en el rostro si te miras al espejo cada mañana te sentirás mejor si lo haces con una risa.

Olvida perjuicios cuando la carcajada resuene en la sala de un cine, en e silencio de una película.
A alguien, le paso viendo la película “Al otro lado de la Cama” que en una de las secuencias le causo tanta gracia cuando uno de los personajes dijo la siguiente frase”EL NIÑO MELON”.

Primero sonrió, luego rió y después, empezaron carcajadas seguida, resonantes y enorme, que salían de su garganta, mientras el acompañante le obligaba a callar, cosa que le hacia más gracia y al oír le  obligarla que se  callara y verle el apuro que él sentía, aparecieron carcajadas, continuas que  la desbordaron.

De pronto en el silencio de la sala, solo alterada por su risa, sonó, otra y después otra y así hasta que todo el cine empezó a reír, cada vez más sonoramente y el acompañante sin comprender y más serio, mientras todos reían mas y más y más.

Cuando termino la película todos salieron, contentos, con ojos llorosos de tanto reír y sonriendo  decían que buena película, al dueño y no dudo que lo es.

El acompañante, todavía se pregunta que no era para tanto.
A veces ser reprimido y temeroso lo único que hace sentir es no ser feliz.
Ríe todo lo que quieras que más da el lugar.

Un conocido, lo paso muy mal en un entierro de un tío, cuando todos llorosos y afligidos, una vez terminada la misa se dispusieron a recibir el pesamen y dolencias por el difunto.
Todos en línea, arriba del altar de la parroquia, empezaron haber desfilar amigos y conocidos uno por otro daban condolencia.

De pronto aparece una señora y se dirige al que más estaba llorando y le dice que se acerque, él hombre pensando que era para dar a demostrar, más el cariño que pudiera sentir por el difunto bajo y la señora, desde en el escalón más bajo, le dijo con voz oíble, “OYE A TI NADIE TE A DICHO QUE TE PARECES A “CHIQUETETE”.

Todos los dolientes, se miraron, unos a otros y al que se lo había dicho y empezaron hacer pucheros de sonrisa, y aguantar la, poniéndose la mano en la boca, mientras continuaban pasando los amigos a darle el pésame.

Como no podían aguantar la risa, acabaron riendo y teniendo que dar por terminado las condolencias, pues la pena acabo siendo una risa que les avergonzaba.

De seguro que el difunto que  estaba de cuerpo presente,  se hubiera puesto de pie y levantado y se hubiera reído.

Se feliz donde estés, y ríe, que la risa es lo mejor que nuestra cara puede reflejar.

ISABEL COROANDO ZAMORA

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