Durante parte de la
semana pasada y esta he estado por los colegios de Almendralejo, contando y
trasmitiendo vivencias de las canelas.
Relatos
sencillos, gratamente escuchada con atención por niños y profesores.
Con entusiasmo
preguntaban y los maestros recordaban tiempos pasados y palabras nuestras en desuso
y olvidadas.
Hubo un niño que
me pregunto que era una “ERA”.
Nos paramos poco
con ellos y olvidamos hasta nuestros recuerdos, que en cuanto son acariciados e
invitados a caminar y salir del pasillo
donde un día los dejamos olvidados corren a posarse en nuestra mente y salir al
exterior, siempre permanecen en nosotros.
Los niños me han
aportado que ha valido la pena estos años de escuchar a mis personajes y
guardar sus vivencias para ellos.
Ha visto colegios
con niños tan correctos y admirables, en el Colegio San Roque que me quede con
un curso sola sin ningún profesor y los niños fueron atentos ni uno dejo de
prestarme atención todo lo contrario fueron todo oido y atención por saber.
Ansiosos de saber
de sus raíces.
Me sentí
emocionada en el colegio Santo Ángel, por
la atención de niños y mayores que escucharon atentos queriendo que le contara todo
sobre las candelas y sus cuidadores y profesores disfrutaron y fue una pena no
haber estado más tiempo con ellos.
En todos los
colegios me he sentido a gusto y feliz y
siempre que los colegios…los colegios….los colegios, que son los que interesan, porque es donde están los niños transmisores de historias, tradiciones
y vivencias que irán narrando y llevando a generaciones venidera.
Si he ido a contarle los orígenes de las
candelas ha sido en memoria de personas, amantes de tradiciones y como ellos
decían muchas veces en aquellos atardeces “LAS TRADICIONES TIENEN QUE PERDURAR
CON “SUS” PROS Y “CONTRAS” .
Espero haber
cumplido como ellos querían, y su anonimato haya dejado de serlo.
ISABEL COORNADO
ZAMORA
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