Mi pequeña historia de Almendralejo

martes, agosto 27, 2013


CHARCA DE LAS MINITAS





Es una charca que guarda una historia en sus entrañas y orillas, cuentan unos que fue una gran laguna donde las aves paraban  en sus trashumancias.
Otros que es  la oquedad quedada de una mina a cielo abierta.
 Esta mina dataría de tiempos romanos.
No lejos  estaba el poblado o ciudad llamada "VillalGordo", que se encontraba en el cruce de caminos  de Córdoba, pasando por el Cabril, Rivera y Hornachos.

Lo que de sus entrañas se sacaran poco se sabe, que clase de mineral hubo y cual fue su explotación.
Si que villar-Gordo llego a ser un lugar muy importante en la geografía de tierras de barros por su posición geográfica, rodeada de riachuelos y de prosperas tierras.

De Villargordo queda a un un torreón semis enterrado y poca cosa más.

Esta parte de la campiña de Barros es radiante y bella, cada piedra que encuentras en el camino guarda en su memoria la historia vivida en estos caminos y padrones.
Cuando se pasea por el camino de las minas en los bordes de las cunetas se pueden ver piedras de cimientos de antiguos pobladores, las tierras están llenas de muchas piedras dándole al lugar el nombre de "Tierra Villa ara" siendo esta parte la mas extensa de la zona.

A veces se ven piedras que sirven de lindes enormes moles de mármol blando, tullido y desgastado por la historia que han soportado sus vetas.

Me siento cada vec que camino por este lugar , como estar en un escenario donde de pronto desfialaran la historia escrita sobre los pasos dado en la tierra del camino.

Es un lugar lleno de sabor a pensamientos de personas pobladoras de un tiempo y espacio que tuvo un transito sin parar y productividad que le hizo ser punto de entrada en una comarca donde  el subsistir era tan fácil por estar sobre una tierra rica en recursos.

Los que llegaron vieron que el quedarse  le haría su vivir satisfactorio.
El lugar tan diferente lleno de encinas y alcornocales donde la jara crecería por arroyos que sus curso fueron desviados terminando a anulados por la azada ded hombre en sus afanes de lograr más tierra para sus provecho.

Que poco han querido saber de los lugares de mis rincones de una tierra donde el valle un un mantel listo para servir las cosechas de mieses y diferentes cultivos que agarran en las entrañas de una tierra que ama las manos del agricultor que la mima y cultiva.

ISABEL CORONADO

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