Mi pequeña historia de Almendralejo

miércoles, enero 15, 2014






UN CUENTO PARA PABLO Y ADRIAN

Como empezar un cuento para unos niños, quizás un día lo lean y como surgió una noche fría de invierno, cuando el viento suave hacia mover las farolas de un parque en semis penumbra, vi correr unos diminutos seres que se refugiaban en el hueco del tronco de una adelfa.

Eran diminutos sus ojos, brillaban tanto que eran más pequeñas linternas que sirvieran para iluminar su camino a los con fines de su guarida. El parque  donde los niños jugaban y ellos se esforzaban es esquivar balones y patadas,.

 Hace muchos lustro el lugar era un inmenso campo lleno de vegetación diversa, cuando llegaron estos seres llamados Itinerantes, por ir de un lugar a otro, todo era encinas y diversidad de flores los arroyos corrían alegres esperando las estaciones del año y disfrutando con los moradores que habitaba. Nutriendo a las plantas que crecían en sus orillas llegaron en barcos por las corrientes que los iban guiando y sin rumbo huyendo de personas y es cases que que les habían echo sufrir, se dejaron guiar por corrientes marinas y un día cuando cansados de navegar.

 Su bar quitas estaban maltrechas y ellos cansado, escaso de víveres pararon en un recodo y divisaron una tierra fértil llena de todo lo que un ser puede necesitar y compartir sobrando para todos.
Pasarían los años y todos vivieron felices los niños jugaba y disfrutaba escuchado a sus mayores en las noches de verano a luz de las estrella y en invierno al calor de las hogueras viendo el firmamento que le decía los cambios de estaciones.
Todo fue alterado y  estuvieron que ir adaptando a los tiempos que les iban haciendo ver que los tiempos, eran mas temerarios, habían que luchar no con el medio que nada era peligroso pero si con unos gigantes que empezaron a es tenderse y apoderar se de sus tierra.

Y fueron invadiendo, cegando el arroyo navegable, manantiales que le estorbaban, lagunas donde paradas de garzas y pececillo que sucumbieron, aves que volaron hacia otro lugares.

 Los Itinerante se tuvieron que ir, acotando sus tierras y escondiéndose para no ser devorados por las mascotas de los gigante y por sus pisadas.
 Empezaron una forma de vida . pero a un fue peor cuando hicieron la nuevas casas y decidieron hacer un parque de sus lugares de siempre donde sus antepasados formaron el poblado  de lo malo fue lo mejor pues al quedar dentro de un parque su vida se hizo deba jo de tierra  e hicieron un poblado debajo del parque cultivando plantas que eran iluminadas con las energía que derribaban de las farolas hacia sus poblado, utilizando los huecos de los arboles y tallos como filtros por donde entraba el sol.
Era un poblado ideal de todo había salvo cuando pasaba un vehículo pesado que todo se movía y se derramaba pero hasta esto era utilizado pues al moverse todo empezaban a vibrar y el ritmo era ideal también para mover los muebles de un lugar a otro o rodar maderas pesada para ponerlas en lugares que no podían.
El parque tenia como ornamento en los rincones formando islas de vegetación,  arboles y plantas que camuflaban todos su movimientos  era el momento en que Pinpon se asomaba a curiosear, y ver a los gigantes caminar cabiz bajo pensando en todo menos mirar el cielo y recordaba los cuentos de sus mayores cuando llegaron y el poblado era al exterior y miraban al cielo azul se calentaba y secaban con el sol y de noche hacían fogatas y observa van las estrellas.
Como le gustaba bajar en tobogán debajo del suelo hacia un lugar que salí al exterior al campo libre y allí caminar sin ser pisado ni devorado.

 Una vez fue con su amigo Catón y le llego la noche hice ron una hoguera y se pasaron la noche viendo el firmamento maravillado por la cantidad de estrellas que iluminaban el cielo y la luna radiante majestuosa caminando por entre los astro sintiendo se admirada.
 El sueño les venció y sintieron un poquito al labrador que vociferaba mientras estaba poniendo en marcha una maquinaria infernal que a punto estuvo de debo ralos tenia grande ruedas de gamos que aplastaban la ti erran con unas rejas que herían la tierra haciéndole surcos ingratos.
Les costo trabajo de entrar por donde habían salido y corre ha toda prisa mientras se iba hundiendo por donde dejaban de pasar, que sofoco cuando por fin lograron entrar en las profundidades y llegaron al lugar llamado Exquisitez que que era donde se reunían los eruditos para pronostica y anunciar premoniciones y alerta de peligros, de allí salí nunca escalera y por fin con los años suyos que miedo pasaron.
ISABEL CORONADO






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