ADRIAN Y PABLO MIS NIETOS
ALANGE PANTANO CIGUEÑA ANIDANDO
Mis adorables Adrian y Pablo, a un estandon constipados, se van recuperando mis cielos.
Son ángeles, sus caritas sonriendo, como queriendo nos calmar nuestros miedos, son fuertes y llenos de vitalidad.
Hoy cuando tenía a Adrian en brazos era una delicia, todo le llamaba la atención y quería agarrar, despertando, el tacto de tocar las cosas, queriendo descubrir, fluidos que se posaban en la palma de sus manitas, su sorpresa al rozar las diferencias de un objeto y de otro.
Pablo hoy con su sonrisa llena de amor queriendo nos alegra con ella y tranquilizar, su fuerza y amor, con su manita acariciándote, tomándote un mechón de pelo que palpa con sus dedos mientras sonríe y quiere balbucear, emitiendo sonidos tan agradables como amor que desprende .
Mis nietos me dan en cinco minutos todo lo que las veinticuatro horas del día tienen.
La vida esta donde el tiempo y el espacio gira, los sentidos emiten puesta y lugares que van juntos, nosotros como la torre del pueblo, que a lo lejos vemos el reloj, marcando sus minutos, el tiempo que desde lejos reconocemos, por abito, sin apenas divisar.
El sonido de la música, saliendo por instrumentos, mandado por manos y dedos mágicos, que hacen sonar tan bellas melodías, que sienten sus ritmo des de los puntos mas alejados.
Barrancas que se elevan y en lo alto están Adrian y Pablo lanzando su mirada estirando sus manos hacia mi señalando el cariño mas bonito que en cielo se pueda escribir.
Verlos correr por la era donde todos corrimos buscando la pelota o el balón, que giraba sin cesa, imposible de tomar, patadas una tras otra contra hemisferio que iba de un pie a otro.
Queridos ángeles míos, quererme siempre hasta en la lejanías.
ISABEL CORONADO
ALANGE PANTANO CIGUEÑA ANIDANDO
Mis adorables Adrian y Pablo, a un estandon constipados, se van recuperando mis cielos.
Son ángeles, sus caritas sonriendo, como queriendo nos calmar nuestros miedos, son fuertes y llenos de vitalidad.
Hoy cuando tenía a Adrian en brazos era una delicia, todo le llamaba la atención y quería agarrar, despertando, el tacto de tocar las cosas, queriendo descubrir, fluidos que se posaban en la palma de sus manitas, su sorpresa al rozar las diferencias de un objeto y de otro.
Pablo hoy con su sonrisa llena de amor queriendo nos alegra con ella y tranquilizar, su fuerza y amor, con su manita acariciándote, tomándote un mechón de pelo que palpa con sus dedos mientras sonríe y quiere balbucear, emitiendo sonidos tan agradables como amor que desprende .
Mis nietos me dan en cinco minutos todo lo que las veinticuatro horas del día tienen.
La vida esta donde el tiempo y el espacio gira, los sentidos emiten puesta y lugares que van juntos, nosotros como la torre del pueblo, que a lo lejos vemos el reloj, marcando sus minutos, el tiempo que desde lejos reconocemos, por abito, sin apenas divisar.
El sonido de la música, saliendo por instrumentos, mandado por manos y dedos mágicos, que hacen sonar tan bellas melodías, que sienten sus ritmo des de los puntos mas alejados.
Barrancas que se elevan y en lo alto están Adrian y Pablo lanzando su mirada estirando sus manos hacia mi señalando el cariño mas bonito que en cielo se pueda escribir.
Verlos correr por la era donde todos corrimos buscando la pelota o el balón, que giraba sin cesa, imposible de tomar, patadas una tras otra contra hemisferio que iba de un pie a otro.
Queridos ángeles míos, quererme siempre hasta en la lejanías.
ISABEL CORONADO
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