Mi pequeña historia de Almendralejo

miércoles, octubre 22, 2014


COSTUMBRE DE LA MUJERES DE ALMENDRALEJO DE PONERSE A COSER JUNTAS, EN LOS PATIOS DE LAS CASAS

LA NIÑEZ

La  niñez aquellos días de pan y queso comido al atardecer al sol, esperando aun amigo que doblara la esquina y jugar con él. Mientras sujetabas el pan con el dedo indice.  La voz de tu madre que chillaba y  desdés la casa, decía-- no juegues hasta que comas, quédate sentado en el umbral mientras come-.
La calle empedrada, seca en verano, y embarrada en invierno, donde las rodillas caían, dolorosamente, cuando tropezabas al correr detrás de la pelota.

Piernas ensangrentadas,  con heridas protegidas por vendas echas de sabanas viejas.
Cabezas llenas de brechas, por alguna pedrada desorientaba que se estrellaba en tu frente, provocan dote aquella "Pitera" que era un trofeo.
Coscorrones que eran calmados por una moneda  que era sujetada por una venda liada al rededor de la cabeza.
ISABEL CORONADO
ISABEL CORONADO

1 Comments:

  • ¿Pan y queso?... Era de "familia rica", entonces... jajaja... perdone la broma, pero en mi casa del pan con aceite y azúcar, o como mucho una jícara de chocolate no pasaba. Salvo en los fines de semana que los pasaba en casa de mis abuelos maternos en el Barrio el Pepe, concretamente en la calle Aceuchal, donde mi abuela me daba estupendas magdalenas, perrunillas, mantecaos y alguna bolla. Aunque estas últimas no me gustaban.

    Mi abuelo se llamaba Pedro Hernández Guillen, y como mote "el moreno". Lo quise, o mejor dicho, nos quisimos, con mucho afecto y ternura. Guardo todavía un profundo respeto y cariño por una persona que me influyó muy positivamente en aquellos primeros años de mi niñez.

    Saludos cordiales.
    Alfonso

    By Blogger Alfonso, at 3:55 p. m.  

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