Mi pequeña historia de Almendralejo

jueves, julio 09, 2015



PUEBLO

Mi pueblo: llanuras inmensa, sobre un horizonte lleno de reposo, vuelta de un baile de  vides, que juguetean con el caminante al despiste, que dejan sin caminar nunca la lucha esta en volver y depositar en soledad.

 Que bonito es todo cuando se duerme sobre un lecho de de hojas extendidas, buscando los montes de una comarca de Barros, donde el caminar arranca la lucha, de volver a empezar con la soledad labriega, que viene y va.

 Buscando la  música y tonalidades, mezclada sobre el marrón diverso de una tierra tan bella,  llena de caminos despistados, que se hermanan con padrones interminables, luchando por ser el sendero solitario, que nace para ir montado sobre pies caminantes, que dejan sus huellas en  la vida,  meciéndote por las nubes que navegan sobre nosotros.

Tierra fértil sobre orillas de la caída de cumbres ro
cosas, que paran la vista en busca de lo que impide divisar, sentir para que la tierra donde todo este da contando.

 Lo bello de los confines de la cobardía de lo bello que despistado va hacia el sendero que nunca supimos navegar ni depositar pies cansados y adormilados por el peso soportado-

Que senderos somos si no sentimos, si estamos vencidos, los puntos perdidos que el navegante perdió el regalo inmenso, sin sentido sobre gigantes, que aveces se pierde, sin dejar ver los puntos que fueron sin dejar las caricias del viento, que volvió apoderándose de la  soledad-

 Cuidando las  personas que se prestan a ser los que te toman sobre un mar inmenso meciéndote sobre las orillas. que no te dejan tomar el inicio de un sueño, que vuelve hacia atrás queriendo ir, perdido en los navegantes de la densidad de un  arrullo que el viento meció penachos de algodón perdido sobre matas volteadas.

ISABEL CORONADO

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