Mi pequeña historia de Almendralejo

miércoles, septiembre 23, 2015



                                            AVENIDA DE  LA  PAZ ALMENDRALEJO

SENDEROS SOBRE LA FRENTE

Cuando los recuerdos giran alrededor de todo sin quitar los candados sin mirar para adentro, que baile tan bello, jugando repartiendo la belleza que se va dado vueltas por el camino, que vas viendo sin pensar.

 Caminando por los arranque de una lucha perdida, sin volver a mirar, sin soledad mirando de frente, sin ver los que van y vienen, sin dar un giro con el niño que creció, que se quedo dentro sin dar un regalo al recuerdo .

Que bonito es que a veces nos vamos y dejamos olvidado lo bello lo grato, sin caminar ni ver los arranques que el destino da, sin volver a dar sentimientos alojados en un cuerpo, que se revuelve y siente el dolor semejante .

El niño solo se quedo, se asoma a la vida,  bella despistada sin dejarte dominar por el sueño, almacenado lleno de vivencias, arrancando en vueltas, girando sin volver, soledad mirando de frente.

 Sintiendo las miradas semejantes que pasan sin mirar, pensando en los pormenores de un mundo se-mi redondo, aparcado, del arte que busca el reposo de un aliento almacenado en jirones de telarañas.

Cuando el sueño  se fue se poso sobre aquel remanso de imaginación, almacén de nuestros  sueño aparcados,  en la colina de los recuerdos.

 Estrella que miramos cada noche esperando que brille, verla cada noche en un ir y venir sintiendo el corazón con cada latido de una realidad pesada de tu mundo.

Querer caminar, soñar no dejando ningún paso olvidado, tomar senderos, almacenando aquel mundo lleno de fantasía. sin dejar de aparcar aquellos que un día te hirieron y olvidaste, para remar  en barcas de fondos abiertos sobre lagunas, que inician el sentido de  contar las estrellas, que el firmamento cada noche nos regala, mientras luchando recordamos lo que perdiendo el pensamiento  ganara haciendo nos volver a ver  la vida  quita y pone.

Sin dejar de que los sueños se esfumen, que viajan,  con nosotros, por los caminos polvorientos, de la Tierra de Barros, llenos de los  calores de los sueños, de pasos grabados, en cada átomo de tierra, almacenada en cunetas, queriendo soñar y hacer volver a ver los sueños de los paseantes que dejaron en cada recodo, un poco de sus sueños, mientras caminaban, retomando otros. para ser felices en el mundo, que los sueños dan y quitan, sin dejar de agradecer esa estrella que cada noche vaga y se deposita sobre el horizonte de cualquier galaxia.

Emociones al ver una cepa otoñal descubiertas de hojas que se siente desprotegida ante inclemencias de Solsticios invernales.

Vivir en soledad, andando, viendo las puestas de sol del Padrón Redondo, esperando echar de menos  las pasadas estaciones, viendo un camino solitarios  queriendo depositar atrás pasos grabados en una hoja seca.

Mientras el cuerpo latiendo, por querer ser Aurora y a la vec Ocaso de una vida, que va pasando sin dejarte retomar, esperando la tardanza de la lentitud,  cada vez mas lejos sin ser fácil, querer inventar lo que  se siente al ver mas y dejar los vientos cubriendo el cuerpo sobre las raíces de las cosas que van pasando, sin mirar que nada  olvida,  poniendo las caricias, dejando los requiebros  que se van y vuelven, sobre el sendero convertido en vía férrea que te conduce, sin dejar los nombre, sin vereda donde  esconder los vientos que te llevan a la loma, para dejar pasar el silbido de las caricias que se apoderan de las  los sentimientos.

ISABEL CORONADO


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