Don Mariano Carlos Solano nació en Madrid en 1858, heredó de su padre el título de V Marqués de Monsalud en 1886.
El título de Marqués de Monsalud se concede en 1762 a Juan José Nieto Domonte, Golfín y Ortiz de Zúñiga, regidor perpetuo de Almendralejo, señor de la villa y sierra de Monsalud. El título de Marqués de Villa-Marín, se concede en 1713 a Francisco Domonte y Robledo, Rojas y Villaza, regidor de la ciudad de Sevilla.
El estudioso mantuvo un contacto muy fructífero por carta con el Padre Jesuita Fita, correspondencia importantísima porque en ella el Marqués le detallaba exhaustivamente cada pieza hallada, también publicaba sus hallazgos en la “Revista de Estudios Extremeños” y en el “Boletín de la Real Academia de la Historia”, formó parte de la Real Academia de la Historia desde 1898. Su vida transcurría entre las excursiones por el campo en busca de nuevos hallazgos, preparando sus trabajos e investigaciones y los viajes esporádicos a la Academia en Madrid.
La labor del Marqués se ha puesto en tela de juicio por los estudiosos Mallón y Marín en su libro “Las inscripciones publicadas por el Marqués de Monsalud”que lo acusaron de farsante, pero no vamos a entrar en esa discusión por eso remitimos a todo aquél que esté interesado a la bibliografía específica recomendada.
Pero sin lugar a duda el mérito de Monsalud fue recoger una gran cantidad de piezas arqueológicas que sin duda la mayoría de ellas nunca hubieran formado parte de ningún estudio ya que hubieran desaparecido; aunque en la actualidad la mayoría de estas piezas tienen un paradero desconocido, quedan algunas piezas repartidas por los museos y las propias que alberga La Colección de Monsalud en Almendralejo.
Monsalud pudo cometer muchos errores a entusiasmarse demasiado con las inscripciones y hacer quizás traducciones muy precipitadas, pero sin duda su reconocimiento mayor radica como hemos dicho en su empeño por salvar una gran cantidad de piezas del olvido y la destrucción, y debido a su prematura muerte no vio cumplido su sueño de realizar de un museo con las piezas de su colección.
Su vida en el palacio fue bastante tranquila en compañía de su madre, y ni siquiera se decidió a abandonar Almendralejo cuando fue nombrado miembro de número de la Real Academia de la Historia.
En tierras extremeñas desarrolló el marqués su afán de coleccionista y estudioso de la historia.
Lo que comenzó siendo un puñado de objetos sin gran significación que caía en su poder de forma más o menos accidental, pasó a ser con el tiempo, fruto de su febril y apasionada investigación, una auténtica colección de piezas arqueológicas, conocida desde entonces como Colección Monsalud de Almendralejo, si bien lo que hoy tenemos no son sino escasos restos.
De vital importancia para conocer la personalidad y los trabajos de Monsalud es la correspondencia que mantiene con el padre Fidel Fita, jesuita catalán de gran erudición, publicada en 1997 por Luis García Iglesias .
Pero tal vez lo más importante de la figura del Marqués de Monsalud no fue su obra impresa, sino el haber salvado del olvido y de la destrucción infinidad de monumentos, objetos y documentos epigráficos, la conocida como Colección Monsalud.
El Marqués de Monsalud falleció en Madrid, el 6 de febrero de 1910.
No dejó otorgado testamento, y la sucesión de sus títulos y propiedades se hizo de acuerdo a las previsiones legales ordinarias: su madre era heredera de cuanto dejaba.
La Marquesa murió poco después, en 1911, dejando como heredero a Don Carlos Solano y Adán de Yarza, a quien imponía «la obligación de concluir las obras trazadas por el finado hijo de la testadora, señor Marqués de Monsalud, en el palacio de Almendralejo, con arreglo a las instrucciones que ha dejado el mismo, así como la instalación de las antigüedades y la colocación de todos los objetos del Museo, una vez terminadas las obras pendientes».
Pero el nuevo propietario del palacio no respetó estas condiciones.
El palacio quedó deshabitado y su colección comenzó a sufrir pérdidas.
Lo que quedaba de la Colección Monsalud pasó en 1930 a poder del librero barcelonés D. Rafael Casulleras, y sólo una parte pudo ser salvada por la Administración del Estado e incorporada al Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
Una parte limitada quedó en Almendralejo, que es la que actualmente se expone como Colección Monsalud en el Convento de San Antonio de la ciudad.
Esta colección está formada unas noventa piezas, de los periodos neolítico, romano, visigodo y árabe.
También tuvo ocasión de conocer el importante yacimiento de la vega del Harnina, en las inmediaciones de Almendralejo, correspondiente a la época Calcolítica.
En su afán de descubrir, encontró en la misma puerta de la alcazaba de Mérida, en terrada la placa, donde esta grabado el año de su construcción.
Esta placa se encuentra en el museo arqueológico donde se expone su colección.
en Almendralejo.
El Palacio de Monsalud, considerado como una de las joyas del patrimonio de Almendralejo, es un edificio civil del siglo XVIII.
Durante la época del V Marqués de Monsalud, Mariano Carlos Solano Gálvez, el palacio alcanzó su máximo esplendor.
Aficionado a la arqueología, el Marqués inició estudios y excavaciones, logrando una rica colección de piezas de diversas culturas, algunas de las cuales se encuentran ahora en el Museo Arqueológico Nacional.
Tras su fallecimiento, el palacio quedó en abandono hasta su restauración en 1983, convirtiéndose en la actual sede del Ayuntamiento de Almendralejo.
Su exterior presenta una arquitectura austera, destacando una esquina decorada con balcones de hierro forjado y águilas bicéfalas. La puerta principal, flanqueada por mármoles, exhibe motivos barrocos y una orla conmemorativa del nacimiento de Espronceda.
En su interior, la cancela de hierro, la azulejería talaverana y sevillana en el patio porticado, y una escalera barroca son algunos de los elementos destacados.
El primer piso exhibe una hermosa balaustrada de cerámica roja, mientras que la segunda planta alberga archivos municipales y un salón de actos con retratos pintados por Adelardo Corvasí, además de exhibirse el velocípedo del Marqués y fotografías de alcaldes de los últimos cien años.
Cuando en 1910 muere el V marqués de Monsalud, se interrumpe un trabajo pionero de investigación histórica de gran parte de Extremadura.
De la importante colección de objetos arqueológicos que logra reunir apenas si queda una pequeña cantidad, el grupo más relevante se conserva en el Museo Arqueológico Nacional y el otro en la Colección Arqueológica Monsalud de Almendralejo.
Las piezas de Almendralejo que se encuentran en el Centro Cultural, antiguo convento de San Antonio, se pueden clasificar en dos grupos: piezas de ornamentación arquitectónica y lápidas con inscripciones. Abarcan desde la época romana y visigoda hasta la medieval.
Al morir el marqués y su madre el palacio quedó en un estado de abandono hasta que en 1983 se llevó a cabo una gran restauración en la que se derribaron las dos torres que se encontraban en la parte trasera por no estar dentro de la estética del palacio.
Una vez rehabilitado, se convirtió en sede del ayuntamiento.
Dese la muerte del V Marques de Monsalud (1910) su palacio en Almendralejo (hoy sede del ayuntamiento) nunca fue habilitado por su dueños y la importancia y la importante colección arqueológica del Marques, quedo desprotegida, .
Entre 1010 y 1939, fecha en que el palacio fue vendido, numerosos objetos, de la colección desaparecieron.
Con la venta de palacio la colección fue vendida, por lotes, algunos fueron a parar a manos particulares, con desigual, suerte, mientras el museo Arqueológico se quedo con lo mejor.
La Colección Monsalud actualmente esta en el Conventual San Antonio, donde se encuentra un acopia del Disco de Teodosio, que gracias a él se pudo lograr que el Estado Español, se quedara con estando con el Disco de Teodosio. El original se encuentra en la Real Academia de la Historia.
ISABEL CORONADO ZAMORA


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