MINI FALDAS
La mocedad a si era llamada la etapa de juventud, llena de vivencias e
inquietudes.
Cuando llega la MINIFALDA, a ultimo de los años sesenta del año pasado.
La modista se enfrentaba a úna forma de confesión hasta aquel momento de
dudosa moralidad.
La primera mini falda mi madre que era modista se negaba hacerme un vestido
tan corto.
Que iban a decir las gentes y los hombres, así no le salía novio a una
mujer, el machismo era un potencial que las mismas madres defendían.
Estaba estudiando en el instituto sección delegada Mista, en aquel momento éramos
tan ingenuas que cualquier comentario nos destruía, más si tu iniciabas tal
aventura, que estaba dispuesta de defender.
Cuando fui con mi madre a la tienda de los Zamoranos, nos atendió Ricardo
con su simpatía, nos empezó a sacar tejidos, liados en las estanterías.
El vendedor sacaba para convencer al cliente varios royos de tela que extendía
sobre el mostrador.
Que lucha por convencer a una cría, de un tejido cuando no era eso lo que quería,
pues se guiaban de las revistas de jóvenes, que se editaban todas las semanas, modelos
de las protagonistas que eran copiadas.
Una lucha la madre por que se decidiera por el tejido, una vez logrado le
preguntan cuántos metros quería, toma el metro para medir y calcula por debajo
de la rodilla.
A lo que la joven dijo que no más arriba, sube un poquito, la joven que más
arriba hasta que la madre, toma la decisión, dijo ya está corta por aquí y así
hizo Ricardo.
A la entrada, de la tienda, recuerdo que en una mesa se sentaba el padre de
Ricardo, una persona entrañable muy luchador.
Pues bien una vez con la tela envuelta en el papel, dejamos la tienda, nos
fuimos a casa, pero por el camino discutiendo madre e hija por comprar más tela
de la cuenta que ella quería una "Minifalda".
Cuando se puso hacerme la falda, ella que más larga la hija corta, hasta
que la chica, cedió la madre, le hilvano la bastilla, quedando la prenda debajo
de la rodilla.
La mujer se extrañó que la muchacha
no opinara, extrañada empezó hablar, hasta que la hija le dijo que ella cosía
la bastilla, cansada de tanta discusión, se fue.
Dejo la cuestión viendo tan
dispuesta la hija, con la costura, cosa que en aquella época la mujer estaba
para todo menos para estudiar, cosa que mi padre con más visión veía que el
futuro de la mujer estaba en el estudio.
Y como digo, la cría, a solas harta, tomo la prenda, decidida, deshizo la
bastilla, que la progenitora había señalado, tomando el nivel que la prenda, necesitaba,
para ser una minifalda bien realizada.
Se dio vueltas para salir de casa con la vestimenta, sin que fuera vista,
muy contenta se fue para la casa de las amigas.
En aquella época las amigas se iban recogiendo de las casas, una por una
hasta que se reunían y se iban para el paseo como se decía entonces todas
juntas.
Una proeza, vestida con la mini, nada más entrar por la calle real, era el
lugar donde la juventud se reunía, paseaba, dando vueltas y vueltas hasta que
se volvía a casa.
Todas las miradas fueron para la mini falda y para las piernas.
A la vuelta del paseo, se valió, para entrar derecha en la habitación, pues
las puertas de las casas, en aquellos años, estaban abiertas, con el gancho
puesto, lo quito y corriendo, se la quitó.
Al otro día tan contento al
instituto, a la vuelta la madre la estaba esperando, con la falda en la mano,
con unos ojos que daban miedo.
Pero la hija muy resuelta le dijo -- ¡of! mama, no has visto Eurovisión
y la inglesa que ha ganado la llevaba la falda más corta
Eso no me sirvió para no deshacer la bastilla y ponerla más larga la
vestimenta, para dar gusto a la madre.
Pero a la hora de salir maña, volver a ponerla más corta, hasta que la
madre que le gustaba la TV fue viendo que era cosa que se imponía y los jóvenes
hay que dejarlos, si quieres tenerlos de tu parte.,
La juventud siempre es la mismas.
ISABEL CORONADO
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