LA LEJANIA
De tanto soñar en un mundo que quería para mí, que no exitista,
de tanto vocear, querer ser lo mejor a otros, me hicieron no sentir lo mejor de
mí.
De caminar por una vida que no era lamia, de buscar en otros
lo que fuera mejor para ellos, de hacerles sentir que yo era para ellos.
De tanto ver en mi la vida la lucha que era necesario, de no
sentirme de soñar una vida que no existía.
A veces no sentirte no verte tu espejo, que lo que
encuentras, no es correr en contra del reloj.
De dormir viendo una vida que no era la que cuando
despertabas.
De tanto buscar sentimientos que convencer, de hacer lo que
otros esperaban de ellos mismo, me hicieron sentir que todo era mejor menos yo.
Ansias de ser buena chica, para otros que me agradecieran
acosta de un yo que no era.
Que se para el reloj del mundo, que me hace girar alrededor
de una vida que no es la mía.
Caer en un muelle que
rebosa el choque de las olas que no son las que encuentro.
Trate de buscar un amor que no era mío, que el aburrimiento,
ese aro, que gira, que hace infinita la eternidad.
El amanecer es mío,
ilusiones, que logren hacerte soñar, tus realidades solo mías.
Apartarme de este mundo dolorido enjuto, sin ser lagrimas
que corre y no son merecidas.
Amar es la belleza la pasión de mis sentimientos.
Nadie es un fantasma, que no tiene ni forma ni risa ni
perder ni ganar
Cuantas veces llores y fueron surcos perdidos en la pasión
encontrada, esperando que era ese nadie que ni ama ni encuentra un camino,
nadie es la palabra, sin forma ni futuro.
Mi vida, siento que se va, estoy viendo que el camino cada
vez se hace más estrecho, pero cada día me encuentro con una personalidad
escondida que me he perdido.
Absurdas figuras, con
una forma desconocida, un espantapájaros, en medio de mi vista, espantando todo
lo que no es mío.
Encontrando ese
camino que se estrecha, que está lleno de locuras, de encuentros, de sentidos
que esperan en cada recodo, lleno de alaridos de ilusión desconocidos.
Busco, es verdad, que estoy sola como siempre estuve, algo
cansada de haberme olvidado de mirar paisajes, que hoy me parecen nuevos, que
llenan el corazón, ese que deje apartado, olvido de dar le besos.
Cuantas ilusiones caídas, en ese camino de baches profundos,
donde la liberta se anido en un amor que se quedó en el olvido.
Cansada de convivir con un niño, que está en lo alto de los
sentimientos, atado, sin ver las montañas de la pasión de un corazón navegante.
Quizás, haga la noche ver las sabanas de arcoíris, donde la
lluvia te caiga sobre la cara sintiendo el frio de un bello sueño.
Donde está en ese camino, un poquito de aquel sueño que fue
quedado, en gritos sin compañía, falto de arrimarte a esa playa donde la marea,
hizo desaparecer con el atardecer.
Nubes en el horizonte, que trajeron, lluvias de canciones,
llenas de silbidos de amor soñador, que estaba tan lleno de aquella juventud,
que viajo a ese mundo perdido, que no está en ti, ni en tus alas, que brotan de
tu imaginación, que vuelan en busca de un mundo que no te pertenece, que
quieres encontrar en medio de ti, ven a mi encuentro.
Que echo con la vida, la he dado sin pensar en mí, reclamarla
hacerla regresar, alcanzar ese día, que se te acaba, no encontrabas, lo buscabas,
que dabas sin recibir nada, cuanta soberbia ante una marejada.
Querer encontrar, lo hallado de otros, que no eras tú.
Cansada sin sentimientos, de amores prohibidos, sin estar
contigo, besos en la piel, deseos de miradas que se prendieron en cualquier
suspiro
Fantasmas que no eran tuyos, te hiciste dueña de obligaciones
que no te pertenecían, obligaciones de otros viajeros sin zapatos, prohibiciones
sin testigos, sin piel, ver el espejo de ti mismas que te hacia dar cuenta que
era lo mejor de ti.
Mares perdidos de un ser enjaulado, sin puertas, que te
impedía, volar, hacia ese castillo lleno de libertadas, de prohibiciones, que
querían limar, tus sueños, en las noches que depositabas tu cabeza en la almohada,
al lado de otros sueños que no eran los tuyos.
Nubes de encuentros, en un lugar marchitos, existir, respirar,
la sed sedienta que abecés te asfixiaba, sin sentir un ser que almacenabas.
Bueno sería dar pasos, que llenaban de sueños conseguidos,
manos que acariciaran, que recuperar, volar como ese gorrión, que avisa en los
cristales, que, en la mañana, está aquí, sin respiración, encontrar el agua que
calme mi sed.
Lamentos del viento sobre mi cara el frio de sentimientos
que fueron muriendo en un cajón donde al abrir solo encuentras una pasión
perdida, retratos que caen de tus manos, en visiones que se fueron con el
sonido de la canción de juventud.
A veces te sientes perdida, sin encuentros que las olas te
hagan ver esas nubes que empañan el horizonte.
Solo te encuentras en ti, saltas y encuentras las ganas de
un ser que nunca te perteneció, solo anidaban ilusiones, que se fueron en la
primera cita sobre la cama.
Soñar es un globo que flota sobre nosotros nada es imbécil, que
se te adiare en contemplar lo que no es tuyo.
Dejar espacios que no pertenecen, tomar las vidas que
habitan en ti, retomar tramos de camino tan estrechos, que perecen sobre los
sueños, como piedras blancas que deje el en camino que no quiero buscar ni
encontrar.
Sentirme dueña de mí, dejar lastres que se fueron haciendo
maldades, que hoy veo, que me obligaron responsabilidades que no eran mías.
Personas que se hicieron dueños de mis dueños, que provocan tomar
decisiones que no eran tuyas.
Lluvia sobre el cristal, que cegaban y no lograban mojar los
sentimientos, que impedían poder vivir, nunca me dieron pasión ternura, no fue mío
el fuego, sobre mi pasión.
Nunca sentí aquel mundo que navego sobre las hojas de árboles,
que se fuero agarrando a mi alma.
Fui fiel a todo el que me prestaba atención, sentir una mueca
de sonrisa, conformándome con poco, ver que estoy fuera de un circulo que me
aburre, con personas que me obligaron hacer lo que ellos quisieron.
Lo mejor dónde está, no lo sé, que has dado todo, dar por
dar toda la vida aburre.
Las palmeras baten y mis ojos, buscan el tren que me lleve a
ese mundo sin destino, que se encuentra perdido en mi mundo, que no es otro que
mi entorno, me salgo del espacio de otros buscando el mío.
Quizás es mejor mantenerte en el tuyo, salir de la soledad perdida,
sin encuentros que navegaban en mis espaldas, sin contar con otros, sin pensar.
Todo lo que fue se dilato, no queriendo encontrar las ganas
de un saber, de pensar, en el mundo de la imaginación que hizo esperar en ese
camino que se estrecha, el amor que aún hay en mí, lleno de inocencia.
Dejar al fin que mis ser encerrado, salga, libre, sepárame
de aquellas ramas que me impedían ver mi interior olvidado en un tronco
marchito.
La soledad, tristeza
de un navegador en una barca, que nunca fue tuya, remando sin remos, que utilizaron
por costumbre, perdido en la playa de la vida.
Buscar quien te quisieron, tu ser necesario de palabras, que
avívenla la luz apagada, de estrellas que fueron depositadas en sentimientos
derramados al principio de una juventud prendida en LA LEJANIA.
Isabel Coronado
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