Mi pequeña historia de Almendralejo

domingo, diciembre 28, 2025


DESTINO

                                               


 Un día quise que todos los días no fueran iguale, diferente y sentí que ningún, frío es igual.

 Quizás la felicidad, es un guiso en la cocina, sentí el agua caer, detrás de los cristales, el aplique del pasillo palpitando, la señales del frío, que rodeaban la casas.

 Quizás la luz palpitante de mi corazón, el alma, pelo crecer, sobre mi gente, quizás la puerta que se sabría, cerraba.

 Llave que colgaba de un un llavero, que tintineaba, saltando a la mano que cogiera aquel llavero, que me llevara abrazos perdidos, besos, querencias, ver aquel perrito sobre aquel prado.

 Que llevaba, las apreciada caricias, cómo gotas de agua al que prado verde, que se extendía sobre montañas de mi tierra, llanura inmensa, dorado en otoño, marrón en invierno, verde esmeralda en verano.

 Picos de mis cumbres llanas, sobre el cielo, puestas de sol en el cabeza del padrón redondo, dándole la vuelta a mi alma a mi corazón.

 Aguas que surcan praderas y llanos buscando el arroyo que las lleve hacia descubrir lo desconocido, brotar con otras aguas, que se agregan, descubrir hierbas, prados y regalos.

 Llanos inmensos, que  el viento arrastra, llevando y atrayendo, quisiera que los días no fueran diferentes, pero un día quise que fueran todos iguales, que mis seres quedaran en el alma, corazón y brotaran en m al ir andando.

 Por caminos, senderos, sentir sus la manos sobre mi hombro, espalda aquel día descubrí que no hay mejor día, que uno igual.

 Pero surgieron días diferentes, con cumbres llenas de nubes, sobre montañas desniveladas, que te llevaran hacia cataclismos, donde lo curvas que ya no eran-

El sendero de lo que forman nuestra vida llamado vida, es los logros, desdicha y felicidad, que navegan sobre el destino de uno mismo.

ISABEL CORONADO

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