Mi pequeña historia de Almendralejo

viernes, diciembre 12, 2008

DEJAR HUELLA AL CAMIAR POR EL SENDERO DE LA VIDA SOLO LO LOGRAN LOS BUENOS HOMBRES




IN MEMORIAM JOSE CORONADO CANO.   CAMINO LA MINA--ALMENDRALEJO

“ Se hace camino al andar”
( A. Machado )

Querido tío José:


Ha pasado ya cierto tiempo de la desaparición física de tu persona; la materia “polvo eres” bajo tierra se transforma y hace cuna donde germina, atravesando los ciclos naturales, inéditos brotes de vida, dando calor y luz a vastos horizontes que cual prisma cristalino, genético, memorial y vivencial, reflejan haces de tu ser en todo lo que vive.

¿Qué te voy a contar yo a ti, tito, que ya no sepas?. Estoy casi seguro de que antes de que León Felipe lo escribiese, tú ya te sabías todos los cuentos. Por eso cuando entré en la iglesia, durante la ceremonia religiosa de tu entierro, te vi, o imaginé verte sonriéndome desde el cielo, sonreías igual que aquí en la tierra, noblemente animoso entre pícaro y travieso como diciendo: .-“Ya ves sobrino...., este es mi último cuento”-. No vi burla (eso si) en la apacibilidad de tu rostro, tu sencillez de niño, tu bondad natural, tu humildad sosegada, te dignificaba en la comprensión de este mundo que dejabas, sin que en ti hubiese critica alguna por palabras de más teatro de menos, al fin y al cabo habías vivido lo tuyo, entre otras cosas, una cruenta guerra fraticida y había en ti, el justo respeto que te daba la edad para ver la esencia precisa de tradicionales costumbres aunque estas, a veces, nada tuviesen que ver con tu ideario u creencias personales.

Querido tío, hoy, cuando hemos girado ya algún sol y muchas lunas desde que nos dejaras, intento escribir algunas palabras sobre ti, no es fácil no, sé que el dolor emocional de tu insustituible perdida se apacigua con el tiempo, de la misma manera sé que tu presencia energética nos asistirá hasta el fin de los días, pues por medio de ella, impresionaste sutilmente tus talentos en la vida de aquellos que te conocieron y también, a través de la memoria que influye en los actos cotidianos de estos últimos, en los que vendrán después. Todo está engarzado tito José, somos una intangible cadena de aconteceres, una especie de corriente liberadora de etéreas partículas de Nada y microscópicos vacíos de Todo, siempre en movimiento, eso dicen los astro-físicos, los cuántico-físicos y quien sabe que díos-físicos más, no sé ...., tito, eso es lo que nos cuentan ahora, es posible que desde donde estés te rías a carcajadas (sin malicia, seguro) de los vanos afanes que nos traemos acá por comprender nuestra efímera naturaleza humana, sin dudas que te ríes porque para mí, que fuiste al tiempo un escéptico doctrinal tanto como un metafísico práctico, eras una persona sana e integra, y te recordaré invariablemente, pensativo el semblante más alegre tu mirada.

Naciste extremeño, así que supongo conociste tarde la mar, tarde pero la conociste, muchos de
nuestros paisanos (gente de tierra adentro) nunca la llegaron a ver. Digo “la mar” en femenino, recordando a Rafael, camarada de caminos, ¿quién sabe si alguna vez se entrecruzaron?. De las últimas veces que nos vimos, recuerdo con especial añoranza aquella ocasión en que tú, junto a la querida tía Manuela, tu amada esposa, vinisteis a mi casa en lo alto de la montaña frente al mar, os recogí con el coche en el hotel de la playa, estabais de vacaciones y quisisteis que pasáramos el día
juntos, cuando llegamos a la masía, los alrededores de mi habitad, el entorno en general, estaba envuelto en una densa niebla que nos impedía contemplar el ancho horizonte que nos circundaba, pero tú, con fidedigno interés lo observabas todo, traspasando la invisible cortina blanca intuías el paisaje, me describías recreando los abruptos barrancos, que suponías debía haber más allá de las minúsculas gotitas en suspensión, pincelabas cerros cercanos así como valles al fondo, oteabas el
litoral mediterráneo en la distancia, tal como en realidad era y aún es. ¡ Que gozo! disfrutar de tu perspicaz ingenio, de vuestra grata compañía.

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(2)




Querido tío, fuiste en vida , amén de tener otras cualidades o atributos, la memoria vínculo del cuerpo energético de los Coronado Cano, remembranza de una estirpe que se perpetua continuamente con la variación y el aporte de nuevas formas vibratorias del ser entrelazadas. Ahora, que has pasado el testigo de esta memorable capacidad a tu descendencia corpórea y no tan solo física, estas con nosotros imperecederamente aquí: en esa mesa-camilla junto al brasero (en frías tardes de Noviembre) magistralmente festivo con los chiquillos; frente a la lumbre de la chimenea (un lluvioso día de invierno) recogido y amenamente unido a tus familiares; caminando risueño en ruta hacia el trabajo (cualquier amanecer e intemporal madrugada de primavera) con tus iguales; compartiendo amigablemente sapiencias o pasatiempos en los corros de la calle (buscando la fresca una calurosa noche de verano) entre tus semejante; y en fin..., nos estarás puntualmente transmitiendo oral y perceptiblemente, afable y sereno, cual si un loable maestro narrador sufi u trovador de otros tiempos, pasados o venideros, se tratase, tus ancestrales historias o inventados cuentos.


No es esto una carta abierta, ni recordatorio, ni siquiera una despedida, ¿cómo podría uno separarse de lo que está indisolublemente unido, por linaje, vivencias y estima, en el corazón?. Dice el gran Antonio; “no hay camino, sino estelas en la mar” y tú, Don José Coronado Cano, igual que esas estelas sobre la mar, dejaste “huella” en tu paso por nuestra pequeña historia, imprimiste huellas perdurables, cálidas y profundas de caminante inextinguiblemente vivo, seguimos pues presente aquí y ahora. Decía antes que este escrito no es una despedida, es más bien mi particular homenaje a tu generosa persona por el honor que nos otorgas, al hacernos participes ,en el tiempo y espacio, del poder dadivoso de haber crecido acompañados por tu cariñosa presencia ,actual o del ayer, y el hecho extraordinario de estar simultánea e irracionalmente de nuevo juntos.


Querido tío, siempre contigo.




Manuel Frías Coronado.

1 Comments:

  • ESTELAS EN NUESTRO SER QUE GRAVITAN Y ENTRE LAZAN EL AMOR Y EL RESPETO QUE EL NOS DIO.
    GRACIAS MI QUERIDO PRIMO POR TAN BELLO HOMENAJE ESCRITO.

    ISABEL

    By Blogger Isabel, at 5:44 p. m.  

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