EL COLCHON

Contaba su cuñada Manuela que Amalia cuando se fue a casar, la madre le dijo –mira hija como papa es esquilador de ovejas y a cuenta de la esquilada le dan lana, para el colchón de la cama que vais a tomar parte el matrimonio, te vamos a regalar la lana con el que va a ser relleno.
Unos días antes del enlace el padre se presento con unos costales llenos de buena lana que fue pulgada y puesta al sol.
Una vez la lana lista le dijo la madre toma la que precise pues hay mucha y puede quedar para otro miembro de la familia.
Muy temprano se levanto Amalia y empezó a llenar el colchón, la madre veía que estaba bien lleno y le decía –no crees hija que ya esta bien lleno y respondía- no mira en este rinconcito cave mas y volvía entrar más.
La madre daba una vuelta y volvía a dar su opinión para que dejara y ella respondía que no, que aquí cave más.
El colchón estaba tan lleno que las costura rechinaban por la presión, y la madre le decía – mira Amalia como esta de lleno, lo mas seguro es que la noche de boda el colchón pegue un reventón , y ella decía -que no.
Tanta lana introdujo, que cuando nacieron sus hijos contaba Manuela, que de lana del colchón, lleno los colchones de los hijo.
Y la noche de boda el abuelo que tenia buen humor decía el reventón que va a dar el colchón va a llenar la habitación de lana que van a tener que dejar la faena y recoger lana.
Isabel coronado Zamora