PUESTA DE SOL EN LA CAMPIÑA DE TIERRA DE BARROS
Como sentir y ver una tierra como es por donde camino, donde el viñedo se pliega al al atardecer, los olores que caminan por surcos, donde la belleza del arado marca tan perfectamente alineado los viñedos sobre un manto de tierra roja arcillosa, que se pega ha todo aquello que se roza con ella.
El sol es un rey en esta tierra el manda, se siente dueño, la sabe dominar y darle el calor que hace prosperar unas mieses doradas, que pegadas al sarmiento se siente fuerte sobre cepas retorcidas, que se esfuerzan por lograr los mejores racimos de uvas que lograran la cosecha que el ogaño, que necesita para hacer un mosto fuerte de paladar, que se agarre a la garganta, que se derrame sobre unas copas que late por sentir el color rubí, de un caldo oloroso que ansia ser saboreado y paladeado.
ISABEL CORONADO
Como sentir y ver una tierra como es por donde camino, donde el viñedo se pliega al al atardecer, los olores que caminan por surcos, donde la belleza del arado marca tan perfectamente alineado los viñedos sobre un manto de tierra roja arcillosa, que se pega ha todo aquello que se roza con ella.
El sol es un rey en esta tierra el manda, se siente dueño, la sabe dominar y darle el calor que hace prosperar unas mieses doradas, que pegadas al sarmiento se siente fuerte sobre cepas retorcidas, que se esfuerzan por lograr los mejores racimos de uvas que lograran la cosecha que el ogaño, que necesita para hacer un mosto fuerte de paladar, que se agarre a la garganta, que se derrame sobre unas copas que late por sentir el color rubí, de un caldo oloroso que ansia ser saboreado y paladeado.
ISABEL CORONADO
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