CAMPO ALMENDRALEJO
Me siento y veo un cielo perdido imposible de conseguir donde los cielos se poblé de nubes, de algodón de aquellas que tanto deseaba en la feria , nubes de azúcar que una vez probadas eran empalagosa y cansinas hasta que se acababa.
Cuando se ansia algo conseguirlo es un anhelo, que conseguido te satura y desalienta queriendo olvidar lo.
Almendralejo es llano como un mantel sobre una mesa rodeado de montañas entendidas sobre el horizonte.
Sierras altivas que devoran el sol haciendo imposible velo poner en la linea del horizonte.
Las llanuras extensa de una comarca se van uniendo en las palmas de los lienzos de tierra que se van distanciando, a la vez uniéndose, para formar un lienzo de diversos tapices de colores.
La mirada clavada sobre sembrados que maduran al sol de un atierra espesa, que no tiene forma, de los lugares donde las pisadas se tienen, que ir hacia la cumbre de una sierra joven, deseosa de tener.
La siempre sobre barbechos altaneros, a pie de caminos nobles plagados en cuanto el calor asoma de amapolas que cuajan cunetas, orillas y barrancas.
Lomas que son esbeltas y altaneras llamando a la cosecha para que descanse sobre ella su semilla de prosperidad.
Olivos tendenciosos alineados tan perfectamente, a pinceladas los hubiera situado sobre el lienzo de tierra donde estiran sus ramas batiendo hojas, fuerza de cosechas que rica aceite.
Isabel coronado
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