LA MAQUINA DE ROSA DE ALMENDRALEJO
La maquina de Rosa, esperaba a su dueña,, Un día Rosa termino su labor, la dejo lista para renovar la tarea, pero la bovina no volvió a girar, el hilo se quedo parado en la aguja , el prensa tela apretado sobre la tela cansado de esperar.
La maquina de Rosa estaba olvidada nadie se fijaba en ella , un día y otro esperando a su dueña que nunca volvería a pisar el pedal ni hacer un pespunte sobre un tejido.
La maquina moría sin saber porque su dueña no hacinaba el pedal que hacia bribar el mecanismo y girar la rueda que saltaba y volvía aponer música sobre los anclajes de tan buena maquina.
La maquina un día fue trasporta y llevada a otra casa, abierta, depositada sobre la mesa.
Donde estaba Rosa nada, por mas que la buscaba.
De prontos otras manos empezaron acariciarla, ponerla en marcha.
La maquina se sintió viva, su mecanismo, los sentidos de su mecanismo, como el hilo debía de ir el prensa tela, la aguja, la rueda .
Ya estaba todo listo la tela apretada que ,manos eran la que tomaban a la maquina de Rosa.
Eran deliciosas, sabias de coser, manejar la, se sentía cómoda y facilitaba la labor, era poner y masticar la tela y echar tejido para atrás, volver a ser útil, refugiarse en las entrañas de el mundo de la costura hacer que el tejido tomara forma que el pespunte fuera bonito que la labor estuviera lista y lucida.
Rosa se había QUEDADO POR SIEMPRE EN LA MAQUINA Y RETOMABA SU LABOR, DEL QUE SE AGARRABA Y QUERÍA FORMAR PARTE.
EL ALMA DE UNA MAQUINA ES SU DUEÑA QUE SE TRANSPORTA EN SU CUIDO.
ISABEL CORONADO
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