AVENIDA DE LA PAZ DE LA DÉCADA DE LOS AÑOS 70 DEL SIGLO PASADO
AVENISA DE LA PAZ EN LA DECDA DE LOS 80-90 Y 2000
ACTUAL AVENIDA DE LA PAZ DE ALMENDRALEJO
LA CUADRA
La vida y sus recuerdos, que bonitos son con el paso del tiempo, sin olvidar que estuvieron llenos de telarañas que enturbiaban la infancia, que con pocas cosas sin golpes ni culpas ni contar con nada la vida era bonita, sin ritmo ni formas de juegos compartiendo despistes.
Que la cuenta de los momentos iba al son de las manillas del reloj, marcando pesadamente las horas pareciendo que el minutero en su prosimio paso se fuera caer y romper el tiempo.
Que despistados eramos siendo tan listos como el caminar de lo que iba y venia, venciendo barrancas que poblaban los caminos por donde jugábamos.
En la noche señalábamos al cielo, preguntábamos, ¿la estrella son siempre las mismas? ¿están hay esperándonos a que se haga de noche para que la veamos?.
Sin volver a tras con los ojos entornados, pensando en lo que vino, se perdió y cosas que encontramos, saboreando cada momento de felicidad que nos daban la vida.
Sin pensar mas que en el trascurrir del día, jugando con un simple palo pequeño y otro grande llamado " juego de la Viri" con un palo pequeño que poníamos entre dos piedras y con el grande golpeábamos lanzan-dolo lo mas lejos posible, para que el compañero, desde tan lejos no diera al palo grande que poníamos encimas de las dos piedras, donde había estado el palo pequeño si lograba darle había que calcular la distancia por varas y media vara, se media con el palo grande, a si la distancia se atinaba con la medida, habías ganado.
Era solo el echo de ganar el premio, pero a un a si la grescas, por ganar una partida, mas de dos veces las piedras valían para golpear al amigo que le hacías una pitera como se decía entonces a las heridas y ya estaba la formada la marimorena.
El crió se iba corriendo en busca de su madre, que al verlo ensangrentado salia mas a formar gresca, que con el chiquillo que con la cabezota ensangrentada iba con la madre a la casa del causante a formales la marimorena-
Una gresca, las dos madres se enzarzaban, mientras se peleaba las dos madre al chiquillo lo curaban y le ponían una venda,, que hacia de una sabana vieja y le envolvía la cabeza.
El crió con su herida de guerra salia ala calle y tan amigo con el causante, se ponían a jugar mientras las madres llegaban a veces al insulto mas escarnios-os y hasta pegarse y dejar de saludarse, hasta que había una desgracia encasa del ofendido que se iba a cumplir y listo para empezar de nuevo.
ISABEL CORONADO
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