Mi pequeña historia de Almendralejo

lunes, enero 25, 2016

LA EVIDENCIA DE UN SUEÑO




CAMINO DE TERMINO DE TIERRA DE BARROS


Cuando entro en mis sueños, veo un camino, senderos llenos de andantes del ayer, que en rutas, iban hacia un lugar hoy desaparecido, cruce donde aparecen diligencias, lugar  de postas, parada para recuperar y tomar  rumbo a los diversos pueblos que hacia el alto en este lugar.
Hoy lleno de restos de lo que fue una aldeita, con  iglesia, reflejo de lo que se encuentra esparcido entre los terruños.
El pozo seco y lleno de toda especie de enseres olvidados, que oculta dentro de él vestigios, por descubrir que narran la historia de guerras que  lograron que el  vergel de cultivos, que vio pasar des de su asentamiento, civilizaciones, prendimientos de religiones y pasado de pueblos, que se vio desaparecer, quedando solo las  huellas que piden ser investigadas.
 Debió  padecer este lugar muchas turbulencia,  terrores vividos en casa solariegas, de habitantes que están algunos de ellos depositados  en el lugar elegido como cementerio, del que solo quedan surcos de malbas.

 Como el vivir  se esfumo como es la vida que un lugar que durante siglos y muchos, en unos solo quede como un mantel sobre la tierra que lo oculta todo.

  El cabezo altivo elegido por alguien que me invita a entrar atra ves mis sueños, con valentía, sin miedo, desplazando con las manos la brumas y desdeñando miedos, que me impiden atravesar la cortina del ayer y dar con  el lugar como fue,  ser espectadora de la historia para poder narrarla.

Piedras donde estuvo la mas bella ermita  del lugar,  tal vec fuera casa de patricio, quizás refugio de godos  convirtiendo la  en iglesia visigoda, luego poblada por mozarabes acomodado.

Que lograran convertir en vergel la zona, donde perdura la antigua toma de la alberca, medio derruida y aun en pie una tapia de lo que fue la casa del cura que cuidaba  aquella hermandad, sin lineas  donde plasmar la escritura de su historia.

la planta de la achicoria prevalece y plantas de ornamentación, de  jardines, donde las fuentes harían conciertos con las teclas del agua de sus surtidores, refugio de meditaciones, citas y amores que las plantas en dejadez trasmiten  cuando el viento choca con ellas.
Dejando en libertad imágenes captada por los sueños, de mujer con traje del siglo XIX, indicando hacia donde iniciar  consultas que estarán alojadas  en pliegues de lineas perdidas de manuscritos olvidados, mal registrado o la barbarie destruyo.

La dejade  de la historia y los moradores que han ido poblando la zona, sin retomar una huella que recuperar una zona de gran transito, olvidada al aparecer otras con recursos, acabando con un lugar que nos pudo haber narrado su historia.

No queriendo ser olvidado se  revelar y capta la atención del caminante, ávido de conocer mejor los lugares en su ir caminando. el sendero clavado en la tierra deja al descubierto, trozos de su historia sobre trozos de mármol, que poco parecía decir, al recuperar y ser lavados aparecen inscripciones a  investigar con mucha dificultad.

Cuando he vuelo a entrar en mis sueños con cierto temor descubro tapias que van rodeando el cruce del camino, una puerta de jardín, con cerco encalado, sobre el color de la tapia lucida.

Los sueños van descubriendo  junto con las piedras lo que el lugar manda y quiere  decirnos.

Cuando logre volver a entrar en el sueño, me vi flotando sobre la oscuridad de la noche, siempre aparecía la pared de la casa que estuvo en el camino.
 Al lograr posarme sobre ella,  entre en su interior viendo lo que los ojos refugio de imágenes iban detectado, un bulto, sobre la hierva fresca, se movía e iba formando círculos, llevándome hacia la salida, de pronto se ilumino dando paso a una luz que volvía en un visión diferente , la colina había crecido era mas alta y los manantiales brotaban debajo de mis pies .

Los ruidos diferentes, arboles que crecían libres en la orilla del camino, dejando ver la pequeña edificación, con una pequeña espadaña. Surcando la visión que me hacia volar, llevarme a su interior viendo paredes con imágenes, iluminadas con velas temblorosas  liberaban de la oscuridad, una puerta, alguien se refugia buscando amparo de una persecución.
Perseguidor que penetro, con fusta en mano, le dijo que saliera  restallando el cuero del látigo en sus botas .
Temí y gire y la mirada diviso un prado lleno de tumbas de mampostería y entre ellas, una de mármol blanco.

Sin salir de mi inmovilidad vi salio al escondido correr, buscando amparo y refugio en la espeses de los matorrales.

 Me vi alterada al oír llegar diligencia, a repostar en la posada, bajaron los viajeros y volvió aparecer la dama, tan elegantemente vestida y siempre mirando hacia saliente, sin poder verle el resto de su cara.

Cuando de nuevo entre en el sueño, una nube gris detrás de la ermita, envolvía un hombre, salio corriendo y se refugio en medio de un llano, la tierra empezó a temblar, moverse e ir hacia abajo, arrastrando el ramaje que invadía lugar.

La puerta de la tapia se  abrió, de golpe y dejo paso a un hombre que  caminaba siempre sin cesar  y nunca sabia donde iba,  afán en llegar a un punto que mi sueño no me dejaba divisar, era algo que la mujer  que miraba hacia poniente  me tapaba.

De pronto la tierra empezó a ondularse,  aplegarse, salieron ruinas llenando el lugar de un escenario diferente.
 Empece  a sentir como se elevaban  mis pies y de un vuelo me puse al lado del hombrecillo de cara  cetrina, que me indicaba que mirara, hacia donde estaba una tumba que se abrió dejando ver un esqueleto que abrazaba una caja de madera, el hombre se la arranco, la momia se convirtió en una ceniza tan fina que el viento de un soplo la derramo por la tierra, que empezó arden quemando todo lo que encontraba mientras el hombrecillo se agarraba a mis pies que volvían a levantarse y elevándome tanto, que podía verlo todo como un escenario,  espectadora  como todo ardía.

Fue el momento en que volví a despertar, pero en la mano tenia la caja que había en la tumba, estaba abierta y dejaba ver un pergamino borroso.

Horrorizada  sentía temblores,  la puerta  de la habitación se abrió, dejando paso a la persona la única que podía comprender todo lo ocurrido.

Todo hubiera sido  un sueño mal contado sin llegara hasta mi la señal que me decía que las piedras de aquel camino hablaban y decían un origen olvidado, sentido que daba a la historia trasmitida oralmente y que se iba perdiendo día día con el paso de los años.


De siempre habían sido como decían en casa hojea doras de los tiempos, era algo que iba pasando  sobre la familia sin saber nunca quien era la elegida, evidencia que la persona iba descubriendo sin saber el porque ni nadie que se lo explicara, solo el recuerdo de días   de convivencias junto a ella sabia mujer que marcaría ha todas las personas que la conocieron y estuvieron junta ella, su nombre era igual que el suyo.
Solo la abuela le había dicho a sus hijos que todas aquella que llevara su nombre, solo una sería la que adquiriría el ver las cosas que nadie  o pasaban tan sigilosa que nadie las veia.

Muy niña fue adquiriendo ese poder que tanto miedo le daba, y lo escondía no lo quería.
Un día en casa en esas siestas pesada de antaño cuando en la calle no se oye solo el canto de la chicharra y algún perro callejero, sentía la presencia que  tanto miedo que el sueño pronto la hacia dormir.
Un día estaba sola lavándose, en aquel lavabo, desvencijado, heredado de baya usted a saber que fue mandado desde lejos y que la madre lo tomo como lo mejor que a su casa llegaba por ser regalo de su tía, recuerdo que el paquete llego a traves del "Cosario" llamdo a si a la agencia de trasporte  que era encargada en aquellos años en trasportar y traer mercancías.

El lavabo llego metido en una caja de cartón casi rota, fuimos por el a la agencia de trasporte porque previamente su tía, le había mandado una carta diciendo el día que debía de recoger.

Cuando llego se fue, aquel tétrico sitio lleno mercancías diversas, apiladas, algunas tan rancias que dormitaban en el olvido. Para recoger el paquete había que abonar el importe, salvo que en destino lo hubieran echo.
Cuando en casa se abrió el paquete, salio un pobre lavabo descascarillado, por el paso de los años, con tantas manos de pinturas  dadas, que  viendo, diferentes manos de pinturas que había sufrido.

Pero por fin había lavabo hasta entonces la porcelana estaba sobre una silla o poco más.
Fue puesto en verano en el patio, donde se refrescaban, por partes.

En invierno se ponía en una despensita  que hacia de todo, con una puerta hinchada, que no se podía cerra de cristales imprime que marcaban la figura, dando más morbo que se viera .

Pues aquel día de verano, fue al pozo de la esquina, con una cantarilla de agua pequeña, no podía con mas grande.
El lavado fue realizando y al secar  el cuello y parte del pecho delante del espejo, raído de igual identidad que el lavabo, de pronto se fijo que al mirar por el podía ver todo el pasillo, macetas de pilastras y aureolas, las butacas de mimbres unas eran de la abuela y otras mas modernas  compradas después.
Sin dejar de mirar el espejo, por el cual veia el suelo de valdosines blancos.

continuare escribiendo la narración

ISABEL COROANDO

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