Mi pequeña historia de Almendralejo

sábado, enero 23, 2016



NUBES EN ALMENDRALEJO

Pantano de Villalba de los Barros

Nubes sobre el barro,  cuando el viento sopla sin ser compartido,  nubes despistadas mecidas por el viento, que va volando sin ser camino sobre planta en cultivos donde  la mirada sin soledad de gentes que se quedaron en la vida.

 Arenas en las manos que  suave se marcho, con la mirada, que lo ve todo que siente lo que quita y ponen necesitando, un sentido en lo que  olvido,  dejaron en el Jato, de los los pensamientos.
Zapatos rotos que sueñan, con encontrar un recodo en aquel padrón, que alcanza las nubes en los senderos perdidos entre olivares  que se retuercen, buscando descanso  del sol radiante que se poso sobre sus copas, sin ver un horizonte, que colme los sueños del arado sobre tierra roja, pegada en la piel.

Nubes en el horizonte sobre el padrón redondo, meciendo las pavesas de una candela de sarmientos recién quemados para ser apagado y convertido en picón.

 Nublados que tomáis agua, de cualquier riachuelo perdido en las regateras de caminos sin retorno, que se posan sobre abrazo de sentimos,.

Tierra,  agua, ruidos de arrullo sobre los cristales de la helada, espejo de  reflejos de un paisaje, que asoma entre los penachos, sin dejar que el trueno se escape.

Las nubes se van queriendo reposar sobre la piedra, despojo de aquella edificación, que el desplome hizo sonar y quedo oculta entre guijarros.

Que bonito es mis campos con sus colinas y llanos, sin quitar ni poner, ni ver, que todo son sones, que no queremos ni compartimos, dejándolo olvidado, en las pliegues de los barbechos, como un paso que arranca dejado en la cuneta sin querer mirar en soledad sobre la tierra.

 Mirada de  transeúnte en senderos  olvidados, que te sorprende y deja acaparar lo que fue, sin dejar olvidada en la barranca que al paso se posa sobre una mirada, que aprieta el paso sin dejarte apoderar   la soledad, de un  paseo que va y viene por los contornos, de un punto del termino para regresa  aquel collado olvidado, que nadie vio lo bonito que se divisa, en una llanura infinita rodeada de cumbres que van sin querer luchar, sin apoderarse, de un pasado, queriendo estar enlazadas unas cumbres con otras, dejándose apoderar de  una nubes, que adsorben,  las copas, sin ver la lejanía.

ISABEL CORONADO


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