Mi pequeña historia de Almendralejo

viernes, mayo 12, 2017



UN PENSAMIENTO EN TIERRA DE BARROS.

PARQUE DE LA PIEDAD ALMENDRALEJO

El tiempo es el que se no asigna, nada mas ser concebidos, es un gran torbellino en el que entramos, un bluque que en pendiente iniciamos, nos deslizamos.

 Un circulo de  locura que van marcando nuestras miradas, poco a poco nuestra forma de ser, van iniciando unos sentimientos que nos aran felices, infelices insatisfechos, luchadores, por vivir en el que cariño que no puede faltar.

 Desde niño no sabemos mas que hay que superar pruebas invencibles, que son superadas,  echándole tiempo  con la forma de ser, que se va concibiendo,  albergando pensamientos, sufrimientos por conseguirlo.

 Poco a poco, nos vamos dado cuenta que la dificultar a veces no depende de nosotros,  sino  de un circulo que se va haciendo mas grande.

  Vas sabiendo, que  el saber es un grado de  admiración hacia nosotros mismos, que va marcando nuestro destino, querrás alcanzar el cielo.

 Confirmar que las personas que nos quieren  forman una rueda, que nos van dando las pautas con un  silbido, que te ara saber y renegar de todo lo que no conoces.

El destino es cruel, pues  rara vec sabemos lo que en la esquina mas próxima al torcerla, no sabemos lo que nos va a  pasar ante  de nuestros ojos.

 El  hablar nos hace forme palabras, trasformadas  en frases, haciéndote te crees, diferente aveces.

La vida  te ara llorar, el corazón latir, se cubrirá  de todo lo que  un lado del destino sin mirar, veras la flor que es tu alma, que va caminando hacia esa cima colmada de todo lo desconocido sobre prados  tan verdes, que se formaran espinos.

 Una canción, olvidada de la que  surgirá, el surco clavado en el ocaso del las colinas.

Lo desconocidos nos inquieta, a veces nos atrae, los días son al empezar, segundos, de pronto se convierten en minutos, que forman  hora, que al irse uniendo dan lugar un día, de los  muchos  que el destino nos tiene presupuestados.

Que malo son los días tristes, que aveces duran tanto, te llenan de pesimismo  sin querer enterarte, sin ver el cariño, que  te va enterando, viendo el brillo  de los charcos colmados de barros, sin saber cuando los pies, al  pasar por la orilla de aquel lugar, donde dejaste parte de la suela de tu zapatilla.

 Los sufrimientos, son lluvias sobre colinas que se ven desde el valle de tierras de barros, donde el horizonte se posa en  collados y  lomas.

La regateras, que forma el agua  de la lluvia, que  se apropian de las suplicas de la tierra, que arrastra  hacia otros lugares.

 No es mas rebelde el que lo demuestra, que el que lo oculta.

 Ser apegado a un destino, lineo, donde cada cepa va marcando la linea que lleva  engendrado los sarmientos de la vida.

 La incomprensión, de una tierra que empieza a ser niño,  pisadas que va encontrando sobre la tierra mojada de la lluvia  que provoca una riada.

El hombre la mujer el niño la niña, la persona que todas, marcan un sueño mientras cantan, ríen y aman.

 La tierra que te rodea a veces te niegues a ser lo que todos pensamos y amamos, somos personas engendradas, en una vida  para formar a personas que irán marcando pautas,  a veces en unas con potras, llenas de amor a son de una música, que se quedara en tu cerebro para ser recogida por ti con los años.

ISABEL CORONADO ZAMORA

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