AMALIA Y SUS COSAS

Así decía José cuando comentaba las cosas de Amalia,.
Empezaba los relatos, lentamente como si estuviera viendo las escenas cotidianas vividas en su casa, al lado de su hermana.

Recordaba los negocios de Amalia y sus afanes de sacar dividendos de donde fuera para su boda que estaba cercana.

Como los haberes eran escaso, una mañana se levanto algo desgreñada y rascando se la cabeza se dirigió a la cocina, donde estaba la familia alrededor de la candela comiendo las migas recién echas, que estaban en el perol, sobre la es trébede que estaba en cima de las brasas .
Muy lentamente tomo una silla y fue empujando a los demas hasta hacerse un lado para percibir el calor de la lumbre y tendió una mano para que su madre le diera el plato de migas.
Y empezó a bostezar mientras comía, y sin dejar de hacerlo empezó a decir – mama como me voy a casar tengo que hacer dinero, así que me vas a dar huevos de la gallina clueca y se los voy echar, para que me salgas pollitos, y las que salgan gallinas la criare y cuando estén ponedoras venderé sus huevos y los poyos cuando estén engordados me los compras tu.

Y claro para engordarlos me das tu el trigo, que tienes, de los hormigueros, ( las hormigas en las eras almacenan gran cantidad de trigo y cuando la siega terminaban, las mujeres iban y sacaban el trigo, que valía para las ves. Eran formas de antaño).

Y Amalia crió los poyitos y poyita, que pusieron huevos, que acabo vendiendo a su progenitora y la madre con gracia le decía – Amalia como me vas a cobrar dinero por los huevos de los gallinas que alimentas con el trigo que te doy y encimas los huevos son para ti para cenar - a lo que ella respondía _mama entonces como voy a juntar par llevar un dinero-

José decía, que su madre retolicaba y defendía de lo indefendible, pues Amalia para todo tenía repuesta, hasta que se cansaba la madre y optaba por pagarle los huevos con tal que de jara de hablar y cenara haber si con la boca llena se callaba.

ISABEL CORONADO ZAMORA