PARIS

QUIEN DIJO QUE PARIS BIEN VALE UNA MISA, BIEN SABIA LO QUE DECÍA, CUANDO LA CONOCES, LA VUELTA LO HACES SINTIENDO EL LA MUR VISTO EN CADA RECUERDO DE LO VIVIDO.

CUANDO MIRABA, SENTÍA QUE ALGO MIO SE QUEDABA EN CADA RAMA DE LA CULTURA  QUE OBSERVABA.

MIS PISADAS ERAN ABSORBIDA POR LA CALZADA, QUE IMPREGNABA MIS PASOS DE SUS CALLES, MONUMENTOS Y EL LIBERALISMO DE UNA SOCIEDAD DE FIRMES CREENCIAS.

CUAN LLEGUE A PARIS LO HICE A LA VEZ QUE LA PRIMAVERA, QUE  ME IBA, INTRODUCIENDO, EN UNA CIUDAD QUE SEGÚN LA MIRADA Y NECESIDAD DEL VIAJERO LA HACE DIFERENTE.

EL PRIMER DESPERTAR FUE VIENDO COMO SALIA EL SOL EMERGIENDO ENTRE LOS TEJADOS, SUS RAYOS SE IMPONÍAN, LLENANDO DE COLOR Y REFLEJÁNDOSE EN MI QUE SENTÍA SU CALOR SOBE MI CUERPO.

NUNCA OLVIDARE EL PRIMER DÍA, SU COLOR, SU OLOR, Y LA LUZ QUE SOLO EN PARIS SE VE Y SE SIENTE.

ES VERDAD QUE LAS NECESIDADES HUMANAS, SE VEN PUES COMO EN TODOS LOS LUGARES ESTÁN PRESENTE EN EL CAMINAR DEL VIAJERO.

ISABEL CORONADO