Mi pequeña historia de Almendralejo

miércoles, febrero 22, 2012


                         

                     


                                                 LA IMAGE

Me senté y vi que todo era nuevo, una imagen me miraba desde el altar, siempre estuvo allí y no repare en sus colores y pensé, Cuantas plegarias, suplicas, y promesas abra escuchado y presenciado delante de ella.
 Mis ancestros, de seguro que también fueron a pedirle a la imagen que tuvo su casa en medio del campo, ermita guardada por un cura que vivía en una casita rodeada de una fértil huerta.
Tuvo que venir una guerra y la casa de la imagen tomada y cañoneada y los lugareños temieron por su imagen, aquella donde depositaba una vez al año, suplicas y promesas y decidieron llevarla al pueblo para que no sufriera daños.
 El buen religioso  era mayor y se quedo en aquella casita que pronto quedo aislada, nadie frecuentaba la ermita al estar sin la imagen, de la que los lugareños eran devotos.

El sacerdote, pidió que no se la llevaran que el la protegería, todo fue en vano.
El lugar por ser cruce de caminos, era parada obligada del caminante y de conversación con el cura, que ofrecía al viandante, hortalizas mientras saboreaban compartían una calabaza llena de agua fresca del manantial.
Pronto se dejo de  frecuentar y el sacerdote de recibir visitas,  como era ya anciano, sus fuerzas fueron mermando  y por más que luchaba por mantener aquel lugar este se fue deteriorando y sus paredes derrumbando, los pastores lo fueron usando de refugio de lluvias y fríos y el pobre, sacerdote, sin fuerza con pena recodaba tiempos alegres cuando venían de todo la comarca en romería.
A la paz que las fuerzas del cura iban mermando, la ermita se iba derrumbado y los santo que eran menos venerados, saqueados o entrados en la tierra al derrumbarse las paredes.
Un día el sacerdote se canso de vivir y emprendió el camino del cielo. Y el lugar se fue olvidando y donde hubo una casita y huerta y ermita se convirtió en un prospero viñedo.
Y la imagen de la ermita fue llevada a otra mas segura y luego a la parroquia y allí se fue olvidando un poco su historia por los habitantes del pueblo.
La imagen desde el altar mira y recuerda aquellos tiempos cuando entraba el sol y el aire del campo por la puerta llenando de olores de flores silvestres su ermta.

ISABEL CORONADO ZAMORA

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