UNA TARDE
Una tarde fue cuando temprano estaba lista para caminar, marchamos por los caminos extensos de una tierra impregnada de olores a campos de cultivos favorecidos por la unión de tierra, manos e inteligencia sabia de experiencias de buenos agricultores, herencia de sus ancestros en ser trabajadores del surco de labor.
Fertilidad del núcleo que encierra esta comarca vendecida por la naturaleza. Donde antiguamente decían que "Los niños nacían debajo de la cepas".
Cuando caminamos cada día los surcos nos dan a conocer algo encerrado en las plantas que a nuestro lado caminan.
La flores salpican el camino que al pasar se cimbrean llamando nos la atención .
Mira si este campo sera bonito que hasta los espinos son vellos y diferentes.
Caminar, oyendo sentir hablar la tierra del camino, que se alegra de cada paso que damos.
No hay una cepa de otra que se a igual, pero en lineas perfectas, desfilan hacia el horizonte como un perfecto vale.
Los atardeceres se ven diferente al caer el Sol sobre el verdor se refleja el ocaso que se resiste a cerrar los ojos para al día siguiente con prisa despertar y ver tan hermoso valle, que soñoliento va depositando sobre las vides la fertilidad sobre la planta que cantarina y bailantes se mueven perezosa.
Altanera al salir del adormila miento, de una noche donde las estrellas se reflejan en los ojos de sus pámpanos, que ven un cielo tan claro y luminoso llenos de estrellas donde las galaxia se desprenden para bajar hasta tan hermoso valle y posarse sobre las vides que las lanzan al cosmo .
ISABEL CORONADO
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