CAMINO MOLINO EN ALMENDRALEJO,
ERA SE UNA VEZ
En un camino puedes encontrar ogros que se esconden en los vagos de las espigas y crecen cuando las miradas se fijan en Él.
Era el camino por donde se pasaba todos los días, al volver se fijo en una espiga que bailaba al ritmo del viento, cimbreantes,
Fue despegando de la tierra, empezó a caminar hacia el punto donde estaba la mano que se iba hacia el segundo, se sintió rígido por la espigas que se puso delante de el, se volvió firme cuando ella se situó, tan cerca que sus par gañas caminaban hacia su cuerpo los granos se volvieron dientes que castañeteaban, como si fueran acordeones que se muelleaban.
La tarde a mortecina, los rayos se escondían, temerosos de ver aquello que venia hacia el sistema que tenia señalado en la curva de aquel camino, que se iba hacia los puntos mas vistos, colmados de trigales, que se empezaba a desperezar, venían con prisa, caminando una de tras de la otra, eran un batallón de espigas, que soltaban los granos, despegando hacia los puntos que no me daba tiempo ni se fue como si todos querían, tomar los puntos débiles, de la persona que firme, sin pestañear con la boca abierta, queriendo sentir los que venían, por el camino que ya no eran mas que los momentos mas terroríficos que en un camino perdido. Puedes vivir, montado en el borrico Perico de peLo blanco, trotador que se iba y venia queriendo que le salieran alas y poder volar, ante aquel cielo que era el sendero por donde las estrellas se vuelven luces que iluminan las piedras, que clavadas en los senderos, se iban y venían hacia los paseantes.
ISABEL CORONADO
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