CAMINO Y CAMINANTE SE ENCUENTRAN EN TU MENTE
No hay camino solo un andar, pensar ir, venir navegar por un lago chocar con sus aguas, hundirte en el sabor del agua que tras pira un sentimiento.
Cuando tu miras, vuelves aponer los pies sobre la sementera que un ayer le dijiste a dios, sabor de un tiempo, que la realidad del presente lleno de puntadas sobre la tela del presente.
Navegando por cajas de hilos, llenas de vivencias dejadas en un tiempo en la esquina de la estación, diciéndole a dios al vallé rodeado de montañas con almenas.
Tijera que corto infancias, para dejarte caer en un lugar donde la sementera eran rascacielos, sol que apenas se dejaba ver.
Pueblo en la lejanía, donde el borrico pastaba, esperando que su mano acariciara aguantando el viejo carro, que se destartalo esperando a los dueños, que partieron abordándolo al azar.
Palabras de nostalgias viajeras, que se posaron sobre raíles de riada que se perdió y se ayo en lugares por donde pasaba, llenas de historias de dueños que lanzaban sobre los caminos de los sentidos de los escuchan te.
Que fue, ni donde se fue, el día que tome la mano que me alzo y me introdujo en un lugar que me llevaba, a donde todos navegábamos, a ese punto que siempre recuerdo, de colores banco y negros.
Volver es caminar y sentir el calor de mi tierra, sobre alpargatas de espartos, volver es ver el color que se desvaneció con los años de mis ojos y ver la puesta de sol por los collados de la nostalgia.
Sentir la melodía en los oídos mientras sientes al atardecer, el olor del heno al andar por los caminos de una tierra que se agarra a tu piel, madamas nacer, no sentir ni pensar navegar, mira el cielo azul y gris que dejaste y que se ciñe a tus recuerdos.
Mientras tus ojos se llenan de lo que fue el lugar, sobre aquellos sitios cambiados que dieron paso al progreso, tapando lo que dejaste haciéndolo todo una película dinámica, dejando a tras aquel corto, que apenas empezaste a vivir, en el lugar, que te es grato volver a participar en su proyección.
Nunca se siente se navega se palpan, los sentidos son todo lo que poseemos, no los dejamos navegar por los puntos, perdidos de los sentimientos, que nadan en nuestro corazon.
ISABEL CORONADO ZAMORA
No hay camino solo un andar, pensar ir, venir navegar por un lago chocar con sus aguas, hundirte en el sabor del agua que tras pira un sentimiento.
Cuando tu miras, vuelves aponer los pies sobre la sementera que un ayer le dijiste a dios, sabor de un tiempo, que la realidad del presente lleno de puntadas sobre la tela del presente.
Navegando por cajas de hilos, llenas de vivencias dejadas en un tiempo en la esquina de la estación, diciéndole a dios al vallé rodeado de montañas con almenas.
Tijera que corto infancias, para dejarte caer en un lugar donde la sementera eran rascacielos, sol que apenas se dejaba ver.
Pueblo en la lejanía, donde el borrico pastaba, esperando que su mano acariciara aguantando el viejo carro, que se destartalo esperando a los dueños, que partieron abordándolo al azar.
Palabras de nostalgias viajeras, que se posaron sobre raíles de riada que se perdió y se ayo en lugares por donde pasaba, llenas de historias de dueños que lanzaban sobre los caminos de los sentidos de los escuchan te.
Que fue, ni donde se fue, el día que tome la mano que me alzo y me introdujo en un lugar que me llevaba, a donde todos navegábamos, a ese punto que siempre recuerdo, de colores banco y negros.
Volver es caminar y sentir el calor de mi tierra, sobre alpargatas de espartos, volver es ver el color que se desvaneció con los años de mis ojos y ver la puesta de sol por los collados de la nostalgia.
Sentir la melodía en los oídos mientras sientes al atardecer, el olor del heno al andar por los caminos de una tierra que se agarra a tu piel, madamas nacer, no sentir ni pensar navegar, mira el cielo azul y gris que dejaste y que se ciñe a tus recuerdos.
Mientras tus ojos se llenan de lo que fue el lugar, sobre aquellos sitios cambiados que dieron paso al progreso, tapando lo que dejaste haciéndolo todo una película dinámica, dejando a tras aquel corto, que apenas empezaste a vivir, en el lugar, que te es grato volver a participar en su proyección.
Nunca se siente se navega se palpan, los sentidos son todo lo que poseemos, no los dejamos navegar por los puntos, perdidos de los sentimientos, que nadan en nuestro corazon.
ISABEL CORONADO ZAMORA
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