Mi pequeña historia de Almendralejo

domingo, marzo 15, 2015




ALCONCHEL PUENTE

ENTRADAS


CUANDO LOS MOMENTOS NOS APLASTAN VAGAR, POR PAISAJES INFINITOS ES NAVEGAR POR CIELOS LLENOS DE NUBES BLANDAS.
Que se puede ver cuando la vista se ciega, como vencer y hacer con acierto, logros infinitos, perdidos en nuestros horizontes, albergue de idas hacia un camino que se pierde en un subconsciente, que busca prados, albergue de sosiegos llenos de algo perdido que dejamos  en rincones de bagajes que se sienten en los anhelos de el sentimiento de un ser que busca mimos perdidos, en tiempos recor de recuerdos.
 Como navegar por un mar que nunca vistes, ni sentiste ni navegantes, olas desconocidas en una mente imaginativa, llena de naufragios perdidos, decrépitos y andrajosos en busca de la orilla de la playa, albergue del barco que llega a la bahía buscando protección de tormentas y tempestades.

Setos invisibles que vetan mentes que se ciegan en el agrado de no tener un sitio donde la mano amiga se sienta en la sien,  nuca y las caricias alberguen el mejor perdido que se refugia en lo que nunca fuimos ni creímos.

Bahías donde la marea crece, anega orillas llenas de moluscos, dormidos en una concha que deja traspasar la luz que siente  la nácar,  para sobrevivir en viviendas prestadas.

Gustar es creer en el paladar que saborea nostalgias,  refugio de  la ilusión marchita de los años, posos de un caminante, albergue de un camino, sendero  de pasos  donde la huella de la suela de un zapato, quiso buscar abita culo, donde reposar un instante, siendo arrancado del sosiego para recuperar el andar por el horizonte que plaga la vista.

No ver es querer divisar esa loma perdida que nadie repara y un invidente siente al suvir por ella.

ISABEL CORONADO

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