QUE SUEÑO DE TIERRA Y NUVES
Donde se dejo el sueño que dormitabas debajo de aquel olivo con el jato puesto a su sombra sin corazon soñador que las nubes, de unas hojas amigas que marcaban el amor.
Querer siempre, soñando en vencer el al cielo, que detrás de las ramas buscaban amparos las nubes.
Sin dejar de ilusionar que el paso de los nublados llevarían al amigo la lluvia, que preguntabas sin pensar, ni querer, solo contar la forma del olivo.
Sin viada, dejado de lucha, perder y ganar un sueño, amparo de una meditación sin querer, donde el sueño te hizo navegar y soñar.
Que las hojas de un olivo se convertirían en Palacios, que la tierra donde dormitabas era el suelo de las nubes, donde viajabas por encima de la vieja torre, de un pueblo.
Que la espadaña marcada con un reloj sin horizonte, dejado por un sueño que voló con la cometa que fue tomada por un nublado lleno de sueños, de preguntas sin pensar en ti, sin querer en soledad ni tu viada, que se dejo en una jugada de naipes, llenas de barajas de sueños.
No dejar de soñar marcar el cuadro de tus creencias navegar debajo de un sueño.
ISABEL CORNADO ZAMORA
Donde se dejo el sueño que dormitabas debajo de aquel olivo con el jato puesto a su sombra sin corazon soñador que las nubes, de unas hojas amigas que marcaban el amor.
Querer siempre, soñando en vencer el al cielo, que detrás de las ramas buscaban amparos las nubes.
Sin dejar de ilusionar que el paso de los nublados llevarían al amigo la lluvia, que preguntabas sin pensar, ni querer, solo contar la forma del olivo.
Sin viada, dejado de lucha, perder y ganar un sueño, amparo de una meditación sin querer, donde el sueño te hizo navegar y soñar.
Que las hojas de un olivo se convertirían en Palacios, que la tierra donde dormitabas era el suelo de las nubes, donde viajabas por encima de la vieja torre, de un pueblo.
Que la espadaña marcada con un reloj sin horizonte, dejado por un sueño que voló con la cometa que fue tomada por un nublado lleno de sueños, de preguntas sin pensar en ti, sin querer en soledad ni tu viada, que se dejo en una jugada de naipes, llenas de barajas de sueños.
No dejar de soñar marcar el cuadro de tus creencias navegar debajo de un sueño.
ISABEL CORNADO ZAMORA
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