Mi pequeña historia de Almendralejo

martes, octubre 24, 2017



  PRUDENCIO    ROMÁN      DIAZ




El señor  o maestro Prudencio, Natural de Cristina, siempre se sintió Almendralejense.
Persona de gran inteligencia, con ideas claras,  lograba  convencer con sus palabras llenas de liberalismos.

Cuando empezó la contienda Española era un jovencito inquieto, lleno de ilusiones, inquietudes que se verán truncadas, cuando las fuerzas de franco lo movilizan.
Nada más llegar al frente se pasaría a las líneas Republicanas, con dos soldados más.
Al final  de la guerra Civil Española de 1936, lo coge, en el frente de Cataluña, siendo detenido y encarcelado.

 Pasando por campo de concentración, varias cárceles, terminando en el penal del Puerto de Santa María,  de las cárceles más duras para los presos políticos de la represión, por defender ideales,  que como a él  los llevarían a ser condenados a muerte.

En el penal del puerto de Santa María pasaría  tres años de su joven vida, en ella conocería a prisioneros que sufrían igual represión.

Allí se encontraban desde albañiles, campesinos,, profesores, y catedráticos, que daban clases a todas las personas, que quisieran.

Prudencio enseguida  se pondría  a prender al lado  de estos profesores, por su inteligencia asimilaba  todo cuanto se enseñaba y explicaban.

Día a día, con gran avidez, adquiría conocimientos,  que en tiempos normales, con medios, le hubiera supuesto ocupar cargos por su facilidad en asimilar la cultura.





En el mes de septiembre, de 1943 seria puesto en libertad  provisional y  llega Almendralejo.
Al poco tiempo de su llegada empezaría en su casa a dar clases a niños y mayores,  por una cantidad a la semana.

Pasando por su escuela, alumnos de toda clase social de nuestra localidad, logrando muchos gracias a la preparación  adquirida con él,  cargos importantes.

 Pero debido a sus ideas políticas de izquierda, nada más  a ello, las autoridades locales, en varias ocasiones le cerrarían la escuela, única herramienta de trabajo y de subsistencia.

Por más que hizo para que le permitieran seguir con la docencia, no lo dejaron y ante la imposibilidad de trabajar en otra cosa en el pueblo, ya que nadie lo contrataba,  con otros compañeros en su misma situación, marchan a trabajar a los túneles y en  Lobon, en obras del plan Badajoz en sus inicios.

Al finalizar este trabajo volvería Almendralejo, trabajando en las aguas, (depósito de abastecimiento  en  la carretera la Fuente).

Al final de su vida, haciéndose asientos, de juncias para las sillas.
En la vida del maestro Prudencio, como a él le gustaba ser llamado, se destaca  sobre todo por sus principios, seriedad, trabajador, hombre liberal de izquierdas, gran orador,  querido por todos aquel que lo conoció, que fue todo el pueblo.

 Pasaron por su escuela por cientos,  lo respetaban y se sentían orgullosos de haber recibido clases de tan gran maestro.

Prudencio sufrió en su vida toda clase de injusticias que lo hicieron fuerte, para que nadie lograra hacerle callar.

Sus ideas, las defendió, en el lugar donde estuviera, en una época  que no había libertad, y hablar de política que no fuera  la del régimen no se podía, como él lo hacía.
 Había  personas que por hacer daño, lo denunciaba y perjudicaba aunque fuera amigo o vecino.
Su libertad fue su bandera y hablaba de ella  sin miedo,   debido a este motivo tuvo que pasar muchas veces  por el cuartel de la Guardia Civil,.

Su casa fue siempre centro de reuniones, los domingos sobre todo los políticos de izquierda de nuestra ciudad, se reunían con él para conversar y compartir sus ideas, en épocas de total represión.
Se casó con Isabel Rivera, mujer buena, que compartió sus mismas ideas, tuvo cuatro hijos, Felisa, Mariano, Francisco y Miguel.

Y el 16 de agosto de 1964, después de varios meses de enfermedad, calladamente como llego a nuestro pueblo y como si cogiera la vieja maleta con la que llego un día, llena de  ideales, e ilusiones que fueron queda dando a lo largo del camino de su vida tomo el tren del cielo.
 Hasta última hora  defendería sus ideas, fueron mucho los amigos y compañeros que le visitaban y el los alentaba a seguir  en la lucha por las libertades,.

He querido traer al presente y reconocimiento el recuerdo de una buena persona, que desde el cielo se alegrara de que sea recordado y honrado.

El único daño que pudo hacer  fue defender unas libertades que hoy se disfruta con La Democracia por la que lucho como otros ciudadanos de Almendralejo.

ISABEL CORONADO 



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