Mi pequeña historia de Almendralejo

domingo, diciembre 17, 2017



TIERRA Y ,ERECE



Merece  la falta de un sarmiento a la vid, donde el día se encontró sobre la potrera del viejo olivo injerto de un carrasqueño, sin ser diferente sin miradadas cuando  el tiempo sin rimo, va marcando en un surco de reja de arados, que profundiza sobre la orilla de los caminos, sin ver que las mirada se encuentran en el sufrir de la lluvia deseada, colmo del frió de un invierno sobre la helada que encalla manos sobre la azada al clavarla en la tierra dura.
Las personas pasando por el viejo camino, siempre igual mirando cada surco de sembrado. Indiferentes miradas perdidas, sin saber como fue un encuentro perdido en un momento que el sufrimiento marco cosechas perdidas, llenas de sentimientos sin saber donde esta,
Sin  la dificultad, del sol en la espera de la llegada de la noche.

ISABEL CORONADO

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